Jennifer Hermoso declarará en el caso Rubiales el martes 28 de noviembre
El juez pone fecha a la comparecencia de la jugadora, que no había dado su versión desde que denunció en Fiscalía
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Madrid
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Iniciar sesiónYa hay fecha para la comparecencia en la Audiencia Nacional de la jugadora Jennifer Hermoso. El juez instructor de la causa por coacciones y agresión sexual que se sigue contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ha citado a la ... futbolista el próximo 28 de noviembre, cuando podrá exponer su versión sobre lo acontecido con el beso que le propinó en el medallero de la final del mundial de Sidney.
Según informan en fuentes jurídicas, la declaración será presencial y a las 12:30 horas. En un inicio la futbolista solicitó acudir por videoconferencia pero el juzgado insistió en que la comparecencia en calidad de víctima del delito había de ser presencial.
De ahí la demora en la citación, dado que Hermoso vive y trabaja en México, donde juega en el Pachuca: ha sido al final de la competición en la que estaba inmersa cuando ha podido ofrecer varias fechas a la Audiencia Nacional, coincidiendo con su traslado a España convocada por la selección.
Esta es de las pocas diligencias que restan por practicar en la instrucción, junto con la declaración como testigo de la jugadora Laia Codina, que se suspendió sin que hasta el momento, se le haya vuelto a poner fecha. La investigación arrancó el pasado mes de septiembre después de que la Fiscalía, que había incoado diligencias, tomase declaración a la propia Hermoso y presentase una querella.
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Desde entonces no se ha escuchado su versión en el juzgado y ahora, después de que el instructor, Francisco de Jorge, haya tomado declaración a los investigados y diversos testigos, tendrá la oportunidad de confrontar cada una de las versiones que se han ido poniendo sobre la mesa.
Se investiga un presunto delito de agresión sexual -aunque podría acabar calificándose de otra manera- por el beso en la final del mundial de fútbol celebrada en Sidney, en Australia, pero también un delito de coacciones por las presiones que, se presume, habrían desplegado Rubiales y su entorno sobre la jugadora para que saliese en público a justificar su conducta en el medallero.
Por ello, además de estar imputado el propio Rubiales, constan como investigados el director de la selección masculina, Albert Luque; el responsable de Marketing de la federación, Rubén Rivera y el entonces seleccionador de la femenina, Jorge Vilda.
De acuerdo a la declaración de la propia Hermoso cuando formalizó denuncia en la Fiscalía, así como a distintos testigos entre los que destacan su hermano y una amiga muy próxima, todos habrían participado de un modo u otro en las presiones. Sin embargo, todos ellos han negado tener nada que ver con coacción alguna, como también han negado haber recibido instrucciones para ello de Rubiales.
Estas habrían tenido lugar ya desde el autobús que llevó a la selección desde el estadio al aeropuerto al término de la final, cuando se pidió a Hermoso que bajase para dar luz verde a un comunicado que recogía unas palabras que ella no había pronunciado, hasta el viaje a Ibiza que para celebrar el título hicieron buena parte de las jugadoras del equipo. Testigos de la plantilla como Alexia Putellas, Misa Rodríguez e Irene Rodríguez dieron cuenta de la situación ante el juez.
La reunión de Integridad
Pero hay un fleco más y es Patricia Pérez, jefa de prensa de la selección femenina y que tras un mes de permiso por vacaciones al término del mundial, se reincorporó a la Federación y denunció en el departamento de Cumplimiento toda una serie de presiones que había sufrido en una comparecencia a la que fue llamada por el departamento de Integridad. Iban a realizar un informe sobre la conducta de Rubiales que, cabe recordar, le exoneraba de responsabilidad alguna.
A golpe de la intervención de diversos testigos y con los investigadores sospechando que algunos de ellos o faltaban directamente a la verdad, o escondían parte de la misma, aquella reunión ha cobrado relevancia durante la causa y consolidándose la idea de que la propia Pérez también pudo ser víctima de presiones, si bien sigue conservando su estatus de testigo en este procedimiento.
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