La gloria del maratón es para Uganda

Kiplangat, de 23 años, llegaba a Budapest después de un meritorio puesto en el maratón de Osaka y de haber ganado en 2022 en los Juegos de la Commonwealth, pero estaba lejos de ser considerado uno de los favoritos. Muy por delante parecía el etíope Tamirat Tola, el campeón en Eugene, el más valiente a la hora de lanzarse tras él en busca de su segundo título. Acabó pagando el esfuerzo apenas cuatro kilómetros después con una terrible pájara que le hizo retirarse.

Sería otro etíope, Leul Gebresilase, quien heredase el puesto de perseguidor de Tola. Pero el ritmo entre Kiplangat y él no dejaba lugar a dudas sobre quién será el campeón. De hecho, Gebresilase acabó cediendo la plata en los últimos metros de la prueba al israelí, también de origen etíope, Maru Teferi.

A la meta llegaron muy juntos los tres españoles. El primero en cruzarla lanzando besos a la grada fue Tariku Novales en el puesto 21 (2:12:39). «Tengo que estar contento independientemente de la posición en la que haya llegado», analizó el fondista de Noya. «Al final, por mucho que se diga lo contrario , por mucho que falten los mejores, el nivel del maratón es absurdo. Es la prueba del atletismo con más nivel con diferencia. Falle quien falle siempre va a haber un nivel altísimo».

Justo después, a solo veinte segundos, pasó Ayad Lamdassem, cuarto en los Juegos de Tokio, dolorido en los cuádriceps. Ibrahim Chakir entró en el puesto 24 menos de un minuto después que sus compañeros.