La solidez del Sevilla abruma al Betis (2-1)

Marcó Rakitic de penalti muy pronto y aumentó la renta Munir en un contragolpe. Todo ocurrió en la primera parte, con el Betis noqueado e incapaz de tirar a portería. Hubo momentos de tensión, ajustes de cuentas de lo que sucedió a mediados de enero. Empujones, amarillas y la lesión de Fekir por la entrada de Acuña. También tuvo que pedir el cambio Papu por un problema muscular. El Sevilla suma con este triunfo 54 puntos y distancia al Betis a ocho, que ahora tiene no sólo que mirar a la Copa sino que pensar en el partido del domingo ante un Atlético que le viene pisando los talones.

Las primeras incógnitas del derbi se desvelaron un rato antes del inicio. Jugaba Diego Carlos, molestias superadas. En el Betis, tres cambios notables: Bravo, Víctor Ruiz y Tello. Instrumentos presentados, toca utilizarlos. Y sonó mucho mejor lo que tocaba el Sevilla. Más intenso, mordiendo en cada balón, poniendo minas en cada metro del campo. Desnudó de su personalidad al Betis y pisó muchas veces el área de Bravo, una novedad desacertada. Desde que pitó el comienzo Del Cerro se vio qué equipo merecía la apuesta de ganador en una primera parte completísima de los de Lopetegui. Eso sí, sin que falte la tensión con la que se construyó este derbi.

Porque el comienzo fue un aviso tras otro de los sevillistas. Navas, En-Nesyri... El partido empezaba a endurecerse con una refriega en la que Canales y Jordán fueron amonestdos. Fue justo tras una falta continuada a Fekir, que también empujó a Tecatito. Todos buscaban su beneficio en ese tumulto.

El Sevilla fue acumulando acercamientos hasta que llegó el definitivo. Un pase a la espalda de la zaga no es bien resuelto ni por Víctor, primero; Bartra, después; y por último, sale a por uvas Bravo para hacer tropezar al marroquí. Penalti que transforma Rakitic y 1-0. Era el minuto 24.

Al Betis le pesaba el balón, no tenía la fluidez que acostumbra y el rocoso Sevilla le buscaba las cosquillas en la presión y en los duelos directos. Se lesionó Papu Gómez. Una nefasta costumbre esta temporada en el Sevilla, que tiene un problemón con los percances físicos. El argentino dijo basta en la banda y el balón se lo quedó el Betis en una posesión larga buscando la portería rival que acabó con una entrada durísima de Acuña a Fekir. Del Cerro determinó que era amarilla a pesar de las protestas béticas pidiendo expulsión y el francés quedó tocado.

El 1-0 no espabiló al Betis, sino que consolidó la idea del Sevilla. Mejor agrupado en su retaguardia y con idea de incidir en los problemas de salida del Betis. Ahí sacó petróleo. Una carrera de Munir como equilibrista en la línea del fuera de juego le permitió quedarse solo ante Bravo. Su tiro cruzado lo toca el meta chileno pero sin atraparlo y el Sánchez-Pizjuán rebosa felicidad con el 2-0 en el que se mezcla el orgullo del que va por encima y de la revancha por el derbi copero.

Pellegrini quitó a Fekir y William Carvalho en el descanso, a medias entre el problemas físico y a medias entre estar pendiente de la semifinal copera del jueves ante el Rayo. Entraron Aitor y Joaquín. Y los béticos ganaron en dinamismo. También porque el Sevilla se aplicó a juntar líneas y a acariciar su ventaja, ya sin Diego Carlos y con una defensa de circunstancias compuesta por dos centrales que son pivotes: Fernando y Gudelj. Una ocasión de Bartra tras buen eslalon de Joaquín en la banda fue la mejor en este comienzo del segundo acto en el que la grada también jugó mucho, porque cada acción defensiva se cantaba como debía ser para restar minutos y mantener el 2-0 en el electrónico.

Un paradón de Bono tras disparo combado de Tello desde la izquierda se añade al peligro generado por el Betis. Era el minuto 62. Quizás sí merecía acortar ya distancias el grupo bético pero defender también es un arte y el Sevilla lo pone tan difícil a los rivales a la hora de batir a Bono que es digno de elogio. Luego llegó un tiro alto de Aitor, que se quejó de su poco tino. El Betis se aturulla en los últimos metros.

El Sevilla mordía y mordía y la grada aplaudía feliz. A los balones perdidos siempre llega un blanquirrojo antes. Ayudan mucho en el éxito del planteamiento hombres como Tecatito, sacrificado cuando debe y talentoso al mismo tiempo. Llega otro susto físico, en este caso de Acuña. Se pide la camilla para el argentino pero el bravo lateral sale andando y pide reintegrarse. En ese momento Willian José suple a Borja Iglesias, que no anduvo fino, quizás por la extramotivación que mostró.

El partido avanza y no sucede nada relevante, que es justo lo que quiere el Sevilla ya con el 2-0 instalado en la pantalla. El Betis toca más en campo rival pero persigue sombras cuando acude a la presión. Guido se toma la venganza de la patada de Acuña a Fekir y ve la amarilla en la jugada en la que a Tecatito se le marcha fuera el balón por poco. Óliver Torres sustituye a Joan Jordán, arropado por una ovación general. Pellegrini prácticamente saca la bandera blanca al quitar a Guido y dar entrada a Paul. La cabeza está en la Copa, indudablemente. Aunque es en este momento cuando llega la mejor ocasión del Betis. Una internada por la derecha de Bellerín tras pase de Joaquín permite al lateral llegar muy profundo y su pase al segundo palo lo remata alto Álex Moreno cuando se veía el 2-1.

No fue así y el Sevilla siguió domesticando el partido. Dos cambios más. Se van Acuña y En-Nesyri y entran Augustinsson y Rafa Mir. El sevillismo disfruta con cánticos y hasta jugadores como Munir buscan adornos con la pelota. Tello es el argumento más incisivo del Betis arriba pero no le da para más que llegar a las inmediaciones del área y desvanecerse ante la solvencia sevillista hasta que a Aitor le hacen falta cerca de la frontal. La toma Canales, quien dispara directo a gol: 2-1. El segundo clasificado supera al tercero y amplía su distancia.