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Jugar con ayuda
A Argentina se le apareció en el 86 la mano de Dios en el cuerpo de 'El pelusa' y desde entonces sigue un culto propio y popular
Como araña fumigada
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Iniciar sesiónPreocupados en limar las, digamos, disonancias culturales del Marruecos-España, no se ha comentado que antes de los penaltis los jugadores marroquíes recitaron al unísono la sura Al-Fatiha, los primeros versos del Corán. No solo demostraron gran ardor patriótico y solidaridad con Palestina, también ... impetraron la ayuda divina. Ante eso, se comprende la cara de los españoles, que solo tenían 'la idea' de Luis Enrique.
Solicitar ayudas extrafutbolísticas es habitual. Sabido es que Slatko Dalic, el seleccionador croata experto en prórrogas y penaltis (en agonías), vive los partidos agarrado a un rosario. A Argentina se le apareció en el 86 la mano de Dios en el cuerpo de 'El pelusa' y desde entonces sigue un culto propio y popular. En la cristiandad quizás sea Brasil el país más piadoso; sus jugadores dedican sus goles a Dios y hasta le escriben en Instagram. Confían en la voluntad divina, pero los resultados no acompañan. Ya recibieron el 7-1 de Alemania y ahora son eliminados de manera cruel por Croacia, en el remache del ataúd deportivo de Neymar.
El mayor talento vivo hizo lo necesario. Cuando cogió la pelota en la prórroga tenía ante sí un entero 'bloque bajo'. Diez jugadores en tres líneas prensadas. ¿Cómo consiguió marcar? Con paredes, un eslalon y un regate final al portero. Igualaba así a Pelé como goleador, pero entonces pasó algo. Brasil reza unida pero no lo está, y la segunda parte de la prórroga pareció un símbolo de la discordia entre bolsonaristas y petistas. Neymar, incomprendido fuera de su país, también lo es dentro por haber apoyado a Bolsonaro. Tite sería de Lula, se sospecha, y deja la selección entre la ira popular. Recibió el apoyo de Paulo Coelho, que para algo es bondadoso, pero gran parte de Brasil lo considera culpable: por sus cambios, por dejar el primer penalti al inexperto Rodrygo y por la dirección del equipo.
Antes del gol croata, Brasil atacaba con siete jugadores por delante de la pelota. Hay imágenes en las que Tite pide repliegue, pero sus gritos no son escuchados; unos iban para un lado, otros para otro. El problema venía de antes. Croacia reunía a Modric, Brozovic y Kovacic en el medio, más las ayudas de Kramaric; una cárcel de cuatro barrotes para Casemiro y Paquetá. Brasil no controló el juego y el golazo de Neymar y sus lágrimas sin consuelo quedan como cuestión teológica. ¿Por qué sus plegarias solo le traen dolor?
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