El segundo palo

Espartaca

«Pudo Putellas aprovechar el acto de entrega del Balón de Oro de 2021 para hacer referencia a todos esos problemas ancestrales de nuestro fútbol femenino, pero optó por no hacerlo»

Alexia, ¿qué has hecho mal?

Alexia tira sus botas a la grada Efe

Alexia Putellas (de ahora en adelante Espartaca, en honor al esclavo tracio que se alzó contra Roma) dice que las jugadoras ni ponen ni quitan a los entrenadores y que quien no lo entienda es sencillamente porque no le da la gana. Busco ... en Google «quince jugadoras» y absolutamente todos los medios, ya sean de izquierdas, de derechas, liberales o monárquicos, vinculan el chantaje de hace ahora un año con la destitución del entrenador. Es más, no terminaba de decir Espartaca que ellas ni ponen ni quitan rey cuando, a renglón seguido, añadió lo siguiente: «Todo lo que hemos hecho (...) ha sido trasladar inquietudes o conceptos en los cuales el vestuario no terminaba de sentirse cómodo».

Traducido al román paladino: pidieron la cabeza de Vilda, Rubiales no se la entregó y le hicieron la cruz. El beso sólo fue el detonador, el pulgar llevaba trece meses hacia abajo. Fue un derrumbe en diferido.

Es curiosa nuestra Espartaca porque, alegando una lesión, su firma no apareció junto a la de las otras quince chantajistas, que luego menguaron a doce. Pero el problema médico afectaba a su rodilla y no a su mano, ¿no? Quiero decir que el ligamento cruzado anterior no rompió también sus capacidades cognitivas y Espartaca comprendía perfectamente qué pedían sus compañeras.

¿Por qué dio un paso al lado? Pues probablemente porque entre disputar un Mundial, recibir premios y cumplir con los patrocinadores, que la tienen como una de las jugadoras mejor pagadas, o solidarizarse poniendo en riesgo todo eso, Espartaca eligió las luces de neón.

Pudo Espartaca aprovechar el acto de entrega del Balón de Oro de 2021 para hacer referencia a todos esos problemas ancestrales de nuestro fútbol femenino, pero optó por no hacerlo. Tampoco al año siguiente cuando recibió idéntico galardón. Agua también cuando le dieron el The Best de 2021 y 2022. Nada que rascar en su discurso de aceptación del Globe Soccer Awards.

Mi amigo Paco Rabadán, un buen periodista, desvelaba el otro día en OK Diario que cuando Espartaca tuvo que abandonar por lesión la concentración de la Eurocopa exigió hacerlo en un vuelo privado y en la federación le dijeron que verdes las habían segado. Debe ser que Dalton Trumbo no se enteró de la película y al final Kirk Douglas no murió crucificado sino de viejo y convertido en uno de los hombres más ricos del Imperio. Buena excusa para volver a verla.

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