Las «perlitas» de Mourinho

Si hay actualmente algún personaje que vierta titulares constantemente es él. Sin duda. No deja indiferente a nadie. Y, pese a las críticas en los primeros partidos, ahí está el conjunto blanco; en los primeros puestos de las competiciones, tanto en Liga como en Europa, y siendo el equipo con más pegada del campeonato. Porque él se considera "un entrenador con muchísima autoestima, muchísima autoconfianza". Y lo muestra cada día.

Tanto 'ombliguismo' le ha llevado a decir, recientemente, que "gracias a Dios, me falta modestia". Y, para más inri, parece no tener abuela, como reza el dicho popular, porque su mayor defecto, reconoce, es "no ser hipócrita, no ser diplomático, no ser pelota". Así de claro.

Odiado y amado casi al mismo tiempo, Mourinho sabe jugar bien sus cartas. Pese a su pasado azulgrana, en el que ayudaba a Bobby Robson, el técnico luso ha reiterado en varias ocasiones que no se considera antibarcelonista. Y eso que entonces casi había jurado amor eterno hacia Can Barça. Ahora, las cosas han cambiado. "Soy entrenador del Real Madrid y no me preocupa el Barcelona. Si soy odiado en Barcelona es problema de quien me odia, no es problema mío ".

Provocador nato, ha tenido en las figuras de Alex Ferguson, Rafa Benítez o Carlo Ancelotti tres dianas para sus dardos envenenados. En una ocasión pidió que no le llamaran "arrogante" porque se consideraba "especial" por ganar la Copa de Europa. Dijo entonces que ninguno de esos tres entrenadores "nunca serán tan especiales como yo".

Palabras más, palabras menos, Mourinho no se reconoce ante el espejo como el mejor entrenador del mundo, pero cree que no hay nadie "mejor que yo". Su ansia es poca porque aspira a cambiar la filosofía futbolística: "No existen entrenadores con las mismas ideas".

También ha tenido ocasiones para recordar con sus múltiples comparaciones con personajes históricos. "Jesucristo no era simpático para todos, así que imagínate yo" o "Me siento como Robin Hood del fútbol italiano", ha llegado a comentar en ruedas de prensa con los equipos que ha entrenado.

Lo de mantener un cierto pique con equipos en los que ya ha trabajado anteriormente es otra de sus características. Con el Barça no ha estado especialmente elegante. Atacó a Rijkaard -otrora técnico azulgrana- cuando entrenaba al Chelsea y ambos equipos se enfrentaron en Champions, en marzo del 2005.

"Cuando he visto a Rijkaard entrar en el vestuario a hablar con el árbitro en el descanso no me lo podía creer. No me sorprendió que luego expulsaran a Drogba". El colegiado de aquel encuentro era Frisk que, tras las acusaciones del técnico luso, recibió amenazas de muerte y decidió retirarse.

Como técnico del Inter, decía entonces que "para el Barcelona ganar la Champions es una obsesión por su antimadridismo". Recuerden que la final se disputaría en el estadio del máximo rival. "La obsesión se llama Madrid y Santiago Bernabéu". Ahí es nada.

También hacia un crack argentino con su nombre estampado en el Balón de Oro: "Barcelona es un gran centro cultural con un importantes teatros y este chico -refiriendose a Messi tras haber sido acusado de forzar la expulsión de Del Horno- ha aprendido bien. Ha aprendido hasta a actuar mientras juega". Porque Mourinho es único, es insaciable, es ambicioso. "El Barcelona no sabe perder porque está acostumbrado a ganar", se acuerda de su próximo rival.

Para los suyos también tiene munición suficiente. En la presente temporada, ha mostrado, de nuevo, su lado más irónico y sarcástico. De Pedro León, una de las recientes incorporaciones, respondió que no era ni Zidane ni Maradona al ser preguntado por qué no había sido convocado el centrocampista murciano ante el Auxerre. Se levantó de la rueda de prensa y se marchó. Un 'zas' en toda la boca.

Cuando cambió a Sergio Canales tras el descanso ante el Murcia dijo, posteriormente, que no "había sido una sorpresa" para él porque "sabía que no iba a jugar bien" . Porque Mourinho bien sabe que es persona non grata para el barcelonismo . "El Camp Nou no me perdonará nunca que les quitara la posibilidad de ganar la Champions en el Bernabéu".

Cuando el niño malo que lleva dentro decide escaparse tiene momentos para enfangarse. " Hay otros equipos que tienen jugadores que han costado mucho dinero y no le hacen un gol a nadie ". No pronunció el nombre de David Villa, pero era casi evidente. Así lo interpretaron todos a raíz de la sequía goleadora del delantero asturiano.

La frase que desencadenó la polémica con su homólogo del Sporting de Gijón le salió del alma. Sin pelos en la lengua. "Hay equipos que regalan los partidos al Barcelona". La dualidad liguera es muy estrecha. Los dos máximos rivales se postulan como campeones de una Liga a la escocesa.

Midiendo sus palabras pero calentando el clásico, Mourinho, en respuesta a la goleada de los de Guardiola al Almería, tiene claro que " es casi imposible que el Barcelona y el Madrid nos metamos un 8-0 ". Pero bueno, "contra el Barcelona es sólo un partido más". Eso lo tiene claro. Para quitar hierro al asunto.