De cesión en cesión, la decadencia sin fin de Joao Félix

Portugal presenta una nómina de cuatro campeones de la Champions, cuatro que levantaron la Copa de Europa atribuida a la ciencia futbolística de Luis Enrique. Tres titulares ante el Inter (Nuno Mendes, Joao Neves y el alucinante Vitinha) y uno que salió desde el banquillo (Gonzalo Ramos).

El español Roberto Martínez cuenta con jugadores sobresalientes, todos emigrantes, Leao (Milán), Diogo Jota (Liverpool), Ruben Dias (Manchester City) o Bruno Fernades (Manchester United). Y tiene una incógnita, un futbolista siempre entre interrogantes, Joao Félix, imposible saber por donde saldrá el ingenio.

La última gran comparecencia internacional de Joao Félix con su selección se saldó como acostumbran los hechos cerca del mediapunta, una decepción. En Hamburgo falló el penalti en la tanda que supuso la eliminación de Portugal ante Francia, y que cruzó a España con la armada de Mbappé.

Lamentablemente para él y para los amantes del fútbol, Joao Félix (25 años) no ha consumado la expectativas que lo señalaban como un gobernador de este deporte cuando había cumplido la mayoría de edad y fichó por una cifra récord con el Atlético, 127 millones. Por edad y condiciones, se le comparaba entonces con Haaland (24) y Mbappé (26).

Los pronosticadores lo elevaron a categoría de Balón de Oro. Y nada más lejos. Su desencuentro con Simeone, en el estilo de juego (defensivo uno, atacante el otro), lo ha marcado en esta caída libre de la que no se repone. En el Atlético disputó 131 partidos oficiales, anotó 33 goles y dio 16 asistencias, estadísticas muy por debajo de sus expectativas cuando fue presentado en un vídeo célebre como artista total en el Museo del Prado.

Su valor de mercado ha decrecido según ha ido cumpliendo años y etapas, según la web especializada 'Transfermarkt'. Pasó de los 127 millones de las expectativas a 70 y a 50, el precio de su traspaso del Atlético al Chelsea posterior a la cesión en el Barcelona donde ya dejó detalles de su espíritu infantil. Celebró por todo lo alto un gol al Atlético en Montjuic, como si le fuera la vida en ello, siendo propiedad del club rojiblanco.

«Lo mejor del fútbol son los títulos y lo peor las críticas», dijo el luso en una entrevista al podcast 'Nude Project', en la que reconoció que se ha arrepentido de algunas actitudes en los campos: «Algunos gestos que he realizado no han estado bien», señaló. La mayoría dedicados a Simeone, su enemigo.

«Es un jugador diferente y muy especial –lo analizó el seleccionador portugués Roberto Martínez–. Aunque no está pasando por momentos constantes en su carrera».

Traspasado al Chelsea el verano pasado, tampoco consiguió hacerse hueco en un equipo dirigido por Maresca cuya estrella es un nativo de las islas, Cole Palmer. En el mercado de invierno, sin tiempo para procesar tanto cambio, pidió a su agente Jorge Mendes que negociase una cesión más, al Milan.

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«Antes de que llegara la oferta, veía los partidos del Milan y pensaba que me hubiera gustado jugar con esa camiseta –dijo Joao en una entrevista a La Gazzetta dello Sport–. Cuando llegó la oferta, todo se volvió muy fácil: le dije a mi agente que hiciera todo lo posible para cerrar el trato. Junto con el Barcelona, el Real Madrid y algunos otros, el Milan se encuentra entre la élite de los clubes más importantes del mundo. Cuando el Milan viene a por ti, es difícil decir que no».

En el Milán ha marcado tres goles en 21 partidos, poca historia para alguien tocado por la varita de los elegidos. Joao Félix asiste a esta Liga de Naciones sin la vitola de titular con Portugal y en negociaciones para regresar al Benfica y jugar el Mundial de Clubes.