FÚTBOL / MUNDIAL FEMENINO
Alexia solo quiere hablar en el campo
La jugadora se mantiene alejada de las ruedas de prensa a pesar de la atención mediática que despierta
Irene Paredes: «Intentamos defender todas, no fue el partido de ninguna. Quedamos retratadas»
Resultados y clasificación del Mundial
Alexia en un entrenamiento con la selección
No quería ser una estrella, solo una futbolista en la que se fijaran las niñas para que supieran que podían llegar a donde quisieran. Pero Alexia Putellas, a su pesar, es una estrella. Campeona de la Champions League, Liga y Copa de la ... Reina con el Barcelona, dos veces ganadora del Balón de Oro, pero no solo por eso lo es. Lo es porque en el campo se enciende un foco especial cuando ella juega. Sabes que, cuando toca el balón, algo va a pasar.
En este Mundial de Australia y Nueva Zelanda, al que llegó con muchos cuidados y respetados los tiempos médicos para que la lesión en la rodilla se quedara definitivamente atrás y fuera ella que fuera hacia delante, ha centrado la atención de medios y aficionados, de todas partes. Lo ha ganado por juego, por goles y por carisma.
Minutos y minutos dedicados a los seguidores que quieren contar con un selfi o un autógrafo. Incluso abrazos y gestos de consolación y cariño hacia las rivales, como esa imagen que dio la vuelta al mundo de su abrazo con Mary Wilombe, la jugadora de Zambia, después de que España ganara 5-0. Minutos y minutos de liderazgo en el campo, al menos, en los partidos ante Costa Rica y Zambia. «Es un referente para todas, siempre intenta sacar lo mejor de ti si tienes un día malo», señalaba aquellos días Eva Navarro. «Es una líder, una persona que, cuando habla, suma, y dice lo correcto en el momento adecuado», añadía Tere Abelleira. «Cuando juega Alexia todo el mundo es feliz, nos aporta todo lo que puede aportar una Balón de Oro en el campo», completaba Olga Carmona.
No obstante, por su carácter tímido, por alejarse de la presión, por cuidarse de distracciones, ha dicho poco en este Mundial. Después del partido ante Japón, en el que, problema colectivo, tampoco estuvo a la altura de las circunstancias, demasiado atascada con tantas piernas japonesas alrededor, sin coordinarse demasiado bien con Mariona, sin poder desarrollar su juego, tampoco se acercó a la prensa, aunque sonría siempre con educación a los medios en su paso por la zona mixta.
Líder fuera y dentro del terreno de juego
En el día después a la derrota, el vestuario señalaba que la forma de levantarse fue de forma colectiva, sin que nadie se erigiera en voz cantante: «Cada una tiene un rol, todas aportamos muchísimo, hay tres capitanas, yo me siento bien siendo capitana o no, sigo dando lo máximo haciendo grupo y haciendo reír», decía Hermoso; «Todas hablamos en el vestuario, qué teníamos que mejorar, no hubo nadie en concreto. Cada una de nosotras aporta lo suficiente para sacar esto adelante», decía Oihane; «Nos pusimos a hablar todas en el vestuario. Jenni, Alexia, Irene, Zornoza o Esther igual han vivido muchos partidos y te rodeas de esa experiencia para afrontar las cosas. Pero todas sabemos de qué va esto y hemos pasado momentos duros».
Alexia prefiere hablar en el campo, donde ya está más que segura sobre el césped y en los planes de Jorge Vilda. Ahí es donde ella prefiere enfocar la atención, en esa línea de segundo plano con la que aterrizó después de la lesión y en su vuelta al vestuario nacional.
Otras, no obstante, sí creen que hay que asumir más roles que el futbolístico, sobre todo, en los días malos, aunque tampoco sean capitanas. Como Irene Paredes. «Llevar el brazalete o no no me preocupa nada. El dar la cara o no creo que la importancia que tiene es que todos vosotros estéis hoy aquí. Cuando las cosas van mal sí que cuesta más salir a hablar, pero es que hay que hablar. Hay que aparecer. Aunque no sea de mi agrado, creo que lo tengo que hacer. Y lo hago sin ningún problema. Yo encantada».