Wenger: «Guardiola, puedes felicitar al árbitro»

La batalla dialéctica, que empezó el día antes en la sala de prensa, se entiende por la expulsión de Van Persie, tan absurda como justificada porque el reglamento es así. El delantero holandés, protagonista en la sombra porque se le dio por descartado y fue titular, vio una amarilla infantil por continuar una jugada que ya había muerto con el silbato de Busacca. Era la segunda y le esperaba la ducha antes de hora. «Es frustrante, el árbitro ha matado el partido. Los aficionados del Arsenal y del fútbol en general deben estar tristes. Cualquiera que haya jugado a fútbol jamás se le ocurriría hacer algo así», explicó Wenger más calmado, únicamente centrado en la labor del trencilla para resumir la eliminación.

No le gustó nada al preparador azulgrana la actitud de su colega, enfadado porque en sus lágrimas olvidaba que el Arsenal fue incapaz de disparar a puerta. Ni un chut, ni uno, y encima marcó, un premio inexplicable por lo poco que hicieron los ingleses. «No han dado tres pases seguidos», le recordó Guardiola a continuación. «Esa es la única realidad». Guerra hasta el final con un Guardiola irreconocible.

Se habló de Van Persie hasta la saciedad porque a ello se aferraron los jugadores del Arsenal, fuera de Europa otra vez por mucho fútbol que venda. «No puedes expulsar a un chico porque tire la pelota, es muy raro», sollozó Cesc, quien admitió que a los quince minutos notó un pinchazo que le lastró durante toda la velada. «Entiendo que estén cabreados con el árbitro porque la expulsión es muy rigurosa, pero hemos sido muy superiores aquí y ahí. Si hemos sentenciado antes ha sido por falta de eficacia», incidió Xavi. «No creo que quisiera perder tiempo, pero es justo que hayan pasado. Han tenido muchas ocasiones de gol, el árbitro no ha influido», aceptó Almunia.

El más enfadado, el propio Van Persie: «Ha sido una broma de mal gusto, mi expulsión ha condicionado el resultado final».