La reconversión de Juanfran

La grada del Vicente Calderón pidió por primera vez su presencia en la selección después de una impresionante galopada ante el Granada en los minutos finales del partido. El duelo estaba a punto de finalizar, pero Juanfran robó un balón en su área para arrancar como un rayo hasta llegar a la línea de fondo después de superar a varios rivales. Su pase acabó en gol. Jugada en la que este fino futbolista combinó su actual versión defensiva con la tradicional habilidad para regatear contrarios que siempre le ha acompañado. Gregorio Manzano, obligado por las urgencias, fue su descubridor como lateral , pero la confianza otorgada por Simeone desde que llegara en enero es la que le ha convertido en un triunfador. «En diciembre, mi presencia en la selección era impensable», reconoció el jugador al conocer que su nombre figuraba en la lista previa de Del Bosque.

Cuando se enteró de la convocatoria no se lo podía creer. Estaba de gira con su equipo por Colombia, pero las llamadas telefónicas de sus amigos y familiares recibidas de madrugada no eran ningún sueño. Eran la confirmación al trabajo de un futbolista humilde al que le gusta hacer vestuario y al que nunca se le oirá una palabra más alta que otra por no ser alineado. En el Atlético ha demostrado que el compañerismo en una de sus señas de identidad. Aprendió desde pequeño que el equipo es lo importante y muchos años después mantiene el mensaje que ya le ha permitido debutar contra Serbia en la selección, su gran ilusión cuando comenzó a dar patadas al balón.

Nacido para atacar, Juanfran ha pulido en solo unos meses sus carencias defensivas hasta reconvertirse en un lateral veloz y rocoso. Un nuevo rol que, sin embargo, no le obliga a renunciar a aproximarse al área rival cada vez que encuentra espacios. Doble cara de un jugador cada día más completo.