Messi lo hace todo

Hay algo de muy señorial en Quique Sánchez Flores que este sábado subrayaba especialmente su jersey oscuro. Un sentido de la elegancia poco habitual en un entrenador de fútbol y precisamente por ello tan de agradecer. Facciones de gran heredero, verle en la banda es un desperdicio para la nobleza y los palacios.

El Barça empezó muy valiente y el Español muy cerrado . Todo el fútbol era local. Quique fiel a su 4-4-2 y Valverde dosificando los fichajes: no salieron de entrada ni Paulinho ni Dembélé . Y como siempre le sucede al Barcelona, tras unos minutos de insistente presión sin resultado, su juego fue perdiendo paulatinamente intensidad para volverse retórico, superficial. Dominante: sí, pero sin ninguna profundidad, lo que el Español aprovechó para tímidamente reaccionar.

La intrascendencia del fútbol culé llegó a lo que podríamos llamar una crisis de relación con el balón y el Español venció su timidez para soltarse en algún ataque de peligro moderado. Pero en el minuto 25 se volvió a imponer la ley de Dios sobre todas las cosas y Messi desencalló el partido con un control dentro del área , un soberbio dribling seco y un potente disparo a la escuadra. Pese a la brillantez de la acción hay que reconocer que recibió en claro, indiscutible fuera de juego . Hasta se giró hacia el banda después de marcar como extrañado de que no lo señalara.

En cualquier caso, y al cabo de menos de diez minutos, él mismo firmó el segundo sin que nada se le pudiera reprochar. Pocas cosas quedan por decir de este chico que no se hayan ya escrito, y tenerle sería siempre el principal argumento de cualquier equipo. El problema es que hoy es el único argumento del Barça y aunque sin duda va a resolverle muchos partidos como el de este sábado, es muy difícil que con un solo hombre, aunque tenga el móvil de Dios, puedas ganar los títulos importantes. Piatti en una jugada tan meritoria como aislada chutó al palo al filo del descanso.

Se abrió el partido en la segunda mitad y el Barça halló espacios para sus transiciones. Deulofeu estuvo voluntarioso durante todo el encuentro: algunos detalles de calidad, pocos. El mejor, uno frente a Aarón, que Messi casi remata a gol. Pero no llegó el de Riudarenes a cuajar como argumento de equipo que quiere ganar una Champions. Alba le regaló el 1 a 2 a Piatti pero el visitante devolvió el regalo chutando con la derecha . Dembélé salió a calentar en el 55 y el público le saludó con una ovación digna de mejor causa, en una demostración de que la turba se ilusiona por cualquier cosa cuando no le dan más que llevarse a la boca.

Debutó el francés en el 67, sustituyendo a Deulofeu, justo tras el hat-trick de Messi . Sal y mejóralo, pareció decirle el astro, que tuvo un gesto cariñoso con el debutante, que por cierto sólo pesa 61 quilos. Al medir 1,78, su conjunto estético remite bastante a la posguerra (bando perdedor). Neymar llegó al Barça pesando 64 y se ha marchado pesando 68,5 y mucho más fibrado. También debutó Paulinho en el 72, dando descanso a Busquets. Este chico tiene un aspecto menos entrañable que el de Dembélé pero más duro y hasta inspira un cierto miedo, incluso social. Demostró llegada en una acción, y lo que es más importante, ganas de gustar y ansia -esperemos que no demasiada- por participar en el juego. Pronto tendrá tiempo para más. Piqué y Suárez en los bises marcaron el cuarto y el quinto . Buena asistencia de Dembélé en el último gol.

Veremos cómo evolucionan los nuevos, qué son capaces de aportar. De momento el Barça es Messi y el hágase su voluntad.