Verstappen, bicampeón entre la confusión y una carrera de temor y riesgo en Japón

[Narración: así hemos contado el Gran Premio de Japón]

La lluvia provocó una salida tumultuosa en el gran premio nipón. Mucho agua y mucho riesgo para los pilotos. Situación que desembocó en el accidente de Carlos Sainz en la segunda vuelta al pasar por encima de un charco y salirse de la pista.

El español quedó en una situación comprometida porque su Ferrari ocupó la mitad de la trazada por el asfalto. El resto de los coches le pasaron a un pelo y el riesgo fue evidente.

Pero peor fue el momento para Pierre Gasly. El francés de AlphaTauri, que ha sido anunciado como sustituto de Alonso en Alpine, estaba retrasado porque salió desde la calle de garajes y cuando pasó por la zona del accidente de Carlos Sainz se encontró a un camión operando con el Ferrari.

El enfado de Gasly al pararse la carrera con bandera roja fue monumental. «¿Pero qué ha pasado? Me he jugado la vida», decía a su equipo.

Los pilotos se posicionaron del lado de Gasly, cuando se anunció que sería investigado por exceder el límite de velocidad al pasar por el accidente. Sergio Pérez aseguró: «¿No está claro que no queremos ver nunca una grúa en la pista?». Y lo mismo Vettel. «La próxima vez deberían informarnos si hay un maldito tractor en la pista».

En redes sociales intervino el padre de Jules Bianchi, Philippe. «No hay respeto por la vida del piloto. No hay respeto por la vida de Jules. Increíble».

A raíz de la muerte de Jules Bianchi, la Federación Internacional (FIA) decidió crear un elemento que hasta el momento ha salvado alguna vida de algún piloto, el halo protector de la cabeza de los deportistas.

Con la carrera paralizada durante casi dos horas y media por la lluvia incesante, Max Verstappen no supo a qué atenerse si era campeón del mundo o no al celebrarse menos tiempo de carrera (algo más de treinta minutos antes que las tres horas reglamentarias), ya que en teoría el reparto de puntos es menor.

En la mini-carrera de 28 vueltas celebrada antes de que se marchase la luz en Japón, Verstappen dio un recital en la lluvia, ahora moderada, y con neumáticos intermedios. Un paseo del holandés que no tuvo oposición y en el que hubo muchas luchas, Leclerc y Checo Pérez, Alonso contra Russell y Vettel. Bonito espectáculo para una jornada dura en el que el asturiano terminó séptimo.

La conclusión del gran premio fue cómica. Verstappen preguntaba a la gente si era campeón del mundo o no, si conocían el reparto de puntos, o si debía esperar a Austin. Al final, el holandés sí es campeón porque la FIA considera que la carrera está terminada y Charles Leclerc fue sancionado con cinco segundos de penalización por una maniobra con Checo Pérez.

Verstappen no pudo celebrar el título con los aficionados dando una vuelta a la pista, sino que esperó un tiempo hasta saber que los números sí le otorgaban el campeonato. Lamentable y deslucido, aunque el valor del campeonato no lo pierde de ninguna manera porque el holandés ha sido el gobernador total de la temporada.