El presidente de la FIA, acusado de comportamiento sexista y acoso laboral

Ben Sulayem ha sido acusado por Shaila-Ann Rao, una extrabajadora de la Federación que apenas duró 6 meses en el cargo. Según ha publicado el Telegraph, el dubaití tuvo comportamientos inapropiados con Rao, que llegó a ostentar dos de los principales cargos de la FIA como directora de la FIA y luego secretaria general interina de los deportes de motor. A efectos prácticos, esto suponía que era uno de los principales cargos del organismo.

Desde que asumió el primer cargo, el 1 de junio, acusa a Ben Sulayem y a otros directivos (como el español Carmelo Sanz de Barros, presidente del Senado de la FIA), de machismo y un acoso laboral que acabó con su marcha del organismo apenas seis meses después.

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Según un portavoz de la Federación citado por el periódico británico, «en noviembre de 2022, ambas partes decidieron que ella dejaría ese puesto. Se han acordado términos de privacidad mutuos como es habitual en los negocios. Ninguna de las partes ha hecho referencia al Comité de Ética de la FIA», advierten.

Detrás de estas acusaciones están, además de las palabras de Rao, un interés del 'statu quo' británico para hacer caer a Ben Sulayem, que no pasa ni mucho menos su mejor momento de popularidad. Lo ocurrido en la Fórmula 1 al final de la temporada 2021, cuando Lewis Hamilton y Max Verstappen se debatieron el título hasta la última vuelta de la última carrera del año (y que le costó el puesto al director de carrera, Michael Masi), le dejó muy señalado, lo que derivó en que poco a poco se apartara del día a día de la gestión del principal campeonato que controla la FIA.

Pero más allá, Liberty Media, dueños de los derechos de la Fórmula 1, apoyaba al otro candidato a las elecciones a la Federación, el británico Graham Stoker, por lo que muchos ven en este tipo de informaciones un intento de socavar el puesto de un Ben Sulayem que poco a poco ha ido perdiendo protagonismo mediático.

La Fórmula 1 es, ahora mismo, uno de los deportes en auge, lo que a su vez conlleva un aumento notable de sus posibilidades económicas. La FIA no quiere perder su parte del pastel, lo que choca directamente con los intenciones de Liberty Media, que quieren aprovechar esta fama para aumentar sus beneficios.