Ferrari, un coche de filosofía Red Bull para aliviar un año sin victorias

Cuando se cierran las persianas y se analizan las situaciones en el interior del equipo, el semblante cambia porque doce meses sin victorias representan una cadena nociva para la escudería más laureada de la historia (242 triunfos y 243 poles). El trayecto en Ferrari no está siendo lo que imaginaba para el español Carlos Sainz (1 victoria, 3 poles y 13 podios en sus tres años de rojo).

Ferrari es una institución en Italia y, a diferencia de otros equipos, representa una selección nacional en la que todo el mundo opina. Durante la temporada en curso, hubo dos declaraciones que levantaron ampollas.

Lapo Elkam, el hermano del presidente de Ferrari, aseguró: «Ferrari necesita seriedad y un equipo ganador, en los boxes y fuera de ellos, es hora de despertar. Basta de política y de juegos, así nunca ganaréis». Charles Leclerc, el sábado del GP de España, dijo: «Las sensaciones con el coche fueron terribles».

Ferrari, que lleva quince años sin conquistar el título, construyó un coche potente en el cambio de reglamentación técnica del año pasado. En los test y en las primeras carreras del curso se exhibió como el bólido más poderoso (tres triunfos de Leclerc, uno de Sainz).

Llegó el verano y Red Bull empezó a exprimir el talento de los diseños de Adrian Newey, el ingeniero estrella de la F1. Verstappen arrasó en el final de temporada a la competencia, Ferrari igualmente, y no se despeinó para alcanzar su segundo título.

Los sabios de la Fórmula 1, ingenieros reputados que son los que mandan al fin y al cabo en este mundillo, consideran que Ferrari no se desvió de la filosofía inicial en el diseño de su monoplaza 2022. En verano los equipos empiezan a preparar el coche de la siguiente temporada. Ferrari siguió por su linde, sin tener en cuenta las características del Red Bull que trituraba al resto.

Empezó la campaña 2023, Aston Martin dibujó un coche que según los propios dirigentes de Red Bull, era una fotocopia de su modelo, y tanto Ferrari como Mercedes continuaron con su plan y su concepto de bólido en el nuevo reglamento. El resultado de las primeras carreras no ha dejado lugar a la duda. Red Bull abruma, Aston Martin persigue con el diseñador jefe Dan Fallows que fue discípulo de Newey, y Ferrari y Mercedes se han quedado atrás.

En el cambio de año, Ferrari acometió otra remodelación. Sustituyó al aniguo director de equipo, Mattia Binotto, por Fred Vasseur. El ingeniero francés llego solo, sin un equipo de trabajo, a Maranello y no ha cambiado el rumbo. Ferrari ha encallado.

Con los límites presupuestarios (160 millones), la escudería italiana está ahora mermada a digferencia de antes, cuando modificaba coches a golpe de millones de inversión. El Ferrari sigue destrozando los neumáticos y los pilotos se pasan las carreras guardando ruedas.

En esa tesitura, las evoluciones del coche buscan parecerse más al Red Bull que al antiguo Ferrari. Es una eterna costumbre de las escuderías de Fórmula 1. Copiar lo que funciona.

En la misma línea se ha mostrado Mercedes. Su pésimo inicio de campaña, con Hamilton en dificultades para entrar en la Q3, se ha reconducido ahora, también con mejoras que se asemejan al monoplaza de Verstappen.

No extraña, por tanto, la frustración de Carlos Sainz, evidente cada vez que toma la palabra en las entrevistas. El piloto español tiene un año más de contrato con Ferrari y lo normal sería que empezase a hablar con los dirigentes al terminar esta temporada. Pero los resultados no llegan y tal vez su posición se pueda ver comprometida si el monoplaza rojo no evoluciona en la pelea por las primeras plazas.