Alonso arrastra el McLaren

Faltaban siete minutos para acabar la Q2 y el motor Honda recién estrenado, el séptimo de la temporada, sufría un desfallecimiento repentino. Alonso reportó el problema y por la radio le pidieron que llevara el coche de vuelta al garaje con la esperanza de recuperarlo. No hubo forma. El coche se detuvo de forma definitiva a cien metros del pit lane. Lo fácil hubiera sido salir del coche, saludar a la afición y marcharse directo a la ducha, pero Alonso quiso dar una última oportunidad a su equipo. Saltó del asiento y comenzó a empujar el coche en solitario hasta que un cuarteto de comisarios le ayudó a llevar el McLaren de vuelta a casa. A la carrera y pendiente del volante, Alonso consiguió su objetivo mientras a su lado, perplejos, pasaban a toda velocidad el resto de pilotos de la parrilla camino de los boxes.

Fue un esfuerzo en balde. Aunque hubieran arreglado el problema no le habrían permitido volver a pista. «Al llegar al garaje me dijeron que si el coche no entraba por sí mismo no podía volver a salir...», se lamentaba Alonso, que pese a todo recibió las felicitaciones de varios equipos por su derroche de coraje.

Tampoco Carlos Sainz pudo confirmar su prometedor rendimiento y se quedó fuera de la Q3, superado esta vez por su compañero de equipo.

Donde no hubo novedad fue en la lucha por la pole. Lewis Hamilton confirmó el intratable dominio mostrado durante todo el fin de semana y saldrá primero a la carrera del domingo. El actual campeón del mundo bordó la perfección en su vuelta definitiva y aventajó en nada menos que medio segundo a Nico Rosberg, que completó el doblete de Mercedes.

Se trata de la novena pole de la temporada para Hamilton, conseguida en solo diez carreras. En su palmarés ya suma 47, dos más que Vettel, que se tuvo que conformar de nuevo con la tercera plaza.