Las razones del adiós de Laso al Real Madrid

No resulta fácil de explicar cómo se puede prescindir del técnico más laureado de la última década, una leyenda del banquillo madridista, tras una temporada en la que, a pesar de las dificultades, se alcanzaron todas las finales posibles, se sumaron dos títulos y se rozó la gloria en la Euroliga y la Copa del Rey. La historia de Pablo Laso en el Real Madrid sufre un giro brusco el pasado 5 de junio. Ese día, el técnico pasa mala noche y acaba en urgencias con un problema cardíaco que le obligar a pasar por quirófano. Un «infarto de miocardio», según explica el club en su comunicado de aquel día. Por fortuna, las secuelas no son tan graves para él por la detección precoz y el rápido tratamiento y su dolencia, que no es tan aguda como parecía en un primer momento, le da esperanzas para el futuro. Le aparta, eso sí, de los últimos partidos de la temporada, en los que el equipo supera al Barcelona en la lucha por la ACB. Un título que el técnico celebra desde la grada. El último como técnico blanco, algo que no imaginaba entonces el vasco, que ya por entonces había pedido volver a entrenar con normalidad al sentirse completamente recuperado de su dolencia. De hecho, Laso había estado ya presente en las últimas sesiones de entrenamiento de la final ACB, pero no así en los partidos, respetando la prudencia aconsejada por los doctores de Sanitas –patrocinador médico del club– y de la directiva.

Acabada la temporada, tocaba mirar hacia el futuro y ha sido en ese momento cuando han surgido las dudas. Según explican a ABC fuentes cercanas al club, desde Sanitas se entiende que el problema cardíaco sufrido por Laso desaconseja su presencia en un puesto de alta tensión como el banquillo. Extremo que el club esgrimía ayer en el comunicado en el que confirmaba el adiós de su leyenda. «El Real Madrid ha tomado la decisión de no mantener a Pablo Laso como entrenador del primer equipo de baloncesto por razones médicas única y exclusivamente. El Real Madrid ha realizado varias consultas a médicos y especialistas en cardiología y todos ellos han manifestado el riesgo evidente que para su salud supone seguir en estos momentos como técnico de la plantilla». Así comenzaba el comunicado con el que el conjunto blanco trataba de dar luz a una decisión inesperada que revolucionó ayer la estabilidad en la que vivía anclada la sección de baloncesto desde hace años. Razones que el propio Laso y Miguel Ángel López, el médico del equipo blanco hasta hace unos días, no comparten. De hecho, el doctor se habría negado a firmar el parte de baja del técnico, por lo que habría sido despedido, según informa otra fuente a este periódico. Un adiós que anticipaba el terremoto que estalló ayer en las oficinas de Valdebebas.

Una noticia publicada por 'El Español' destapaba los planes de la directiva para prescindir de su técnico. Información que cobraba cuerpo a lo largo de la mañana, cuando fuentes próximas al entrenador vasco confirmaban a ABCque había recibido ya la comunicación de que no iba a continuar en el banquillo a pesar de tener contrato en vigor hasta 2023.

En el club entendían que lo mejor era que se tomara un año de tranquilidad, alejado del día a día del equipo, para evaluar después su estado de salud en marzo o abril. Ofrecimiento que Laso habría recibido la semana pasada y que declinó antes de alcanzar un acuerdo para desvincularse definitivamente del club. «El Real Madrid puede comprender que esta decisión haya provocado tristeza en nuestro entrenador, pero nada, ni siquiera el Real Madrid, está por encima de la salud de nadie, y en este caso es un riesgo que esta institución no puede eludir. La prioridad para el club es, antes que nada, la salud de Pablo Laso por respeto y cariño hacia él», señalaba el Madrid en su comunicado. El vasco, por su parte, optó por mantener el silencio, aunque se espera que en las próximas horas pueda ofrecer su versión de los hechos.

Adiós por la puerta de atrás que se intentará edulcorar en los próximos días y que acaba con una de las épocas más gloriosas del equipo. Once años plenos de alegrías, en los que los roces dentro del club quedaron en un segundo plano. Porque no todo ha sido felicidad en esta década prodigiosa en lo deportivo y los desencuentros entre Laso y Juan Carlos Sánchez –director del baloncesto madridista– han vuelto ahora a ponerse de relieve. Aunque en el comunicado se aducen motivos exclusivamente médicos a la hora de tomar la decisión, lo cierto es que el directivo llevaba tiempo pensando en sustituir al entrenador vasco. De hecho, esta temporada su despido estuvo sobre la mesa, aunque el crédito que había acumulado Laso en estos años frenó su sustitución. La dolencia coronaria del entrenador ha allanado ahora una decisión dolorosa para una parte del madridismo y que no lo ha sido tanto para una parte de la directiva.

Sánchez ha ofrecido el puesto de Laso a Chus Mateo, mano derecha del vasco en los últimos años y el encargado de dirigir al equipo en la pasada final de la ACB. El técnico habría regresado ayer de sus vacaciones de manera precipitada para escuchar el ofrecimiento del club, aunque a última hora del día aún no había trascendido si iba a aceptar el cargo. Una decisión comprometida después de haber compartido con Pablo muchas horas de trabajo desde que llegó al Madrid en 2014, en la revolución interna que el club impulsó para acompañar a Laso de piezas más cercanas a la directiva.