España 85 - 88 Canadá

España, eliminada del Mundial tras un agónico partido ante Canadá

La selección rozó por momentos la excelencia, pero acabó sucumbiendo ante la bravura de Brooks y el acierto de Gilgeous-Alexander en los minutos finales

Estadísticas del partido

Los Hernangómez defienden una entrada a canasta de Alexander-Walker EFE

Pablo Lodeiro

Yakarta (Indonesia)

La selección de baloncesto ha acostumbrado a España a la excelencia durante casi dos décadas. Cuando había material para construirla y, como en el pasado Eurobasket, cuando no lo había. Es por eso que no se debe malinterpretar su papel en este Mundial. Los chicos ... de Scariolo han jugado muchos minutos de buen baloncesto, muy reconocible su estilo, pero les ha faltado el colmillo y la entereza de otras grandes citas. Razones por las que se despide el equipo en la segunda fase, tristona tras ver cómo Canadá, una de las favoritas, le remontaba once puntos (igual que Letonia) y lo mandaba para casa. Toca reflexión y tomarse un respiro.

Volvió Juan Núñez al quinteto titular, con ganas de España de quitarse el mal sabor de boca que le dejó el partido ante Letonia. Solo unos segundos tardó el base madrileño en dejar el primer destello, asistencia de lujo para que Willy Hernangómez destrozase el aro a dos manos.

Salió con muchas ganas la selección, no había balón que no pudiese palmear o tiro canadiense que no se pudiese puntear, aunque en ataque seguía un poco oxidada. Dilon Brooks, el chico malo de la NBA por excelencia, solo tardó poco más de tres minutos en sumar su segunda falta personal tras un codazo a Núñez. Buena noticia, sin duda, pues además de gustarle la gresca es un grandísimo defensor.

Willy era faro una vez más, muy metido en el duelo y con mucha decisión hacia el aro rival, principal fuente de puntos para España en el primer cuarto. Lideraba el pívot y le seguían sus compañeros ante una Canadá que se refugiaba en las transiciones y en las genialidades de Gilgeous-Alexander.

Barret, que hasta la fecha había estado un poco dormido en el Mundial, sumaba grandes canastas sin parar (10 puntos en el primer cuarto) mientras España, con las rotaciones, se estancaba en el lanzamiento, sin referente con Willy en el banquillo. Un gran triple de Alberto Díaz suavizó la sequía y, cuando sonó la bocina, el marcador mostraba empate a 21.

Defendía muy bien Canadá y al combinado nacional le costaba horrores encontrar canastas fáciles, todo eran tiros de larga distancia y con pocos segundos de posesión. Sin embargo, España contrarrestaba la situación desde atrás, donde sabe, construyendo un muro cerca de su aro (especialmente intenso Garuba).

La igualdad era máxima. Santi Aldama, con cinco puntos, dio algo de aire a la selección mientras la vuelta de Willy a la cancha le daba argumentos para seguir peleando en la tempestad. También volvió Brooks, que asumió el liderazgo en la anotación mientras le daba una cera tremenda a Aldama en defensa, pese a que son compañeros en los Memphis Grizzlies.

Abrines estaba impresionante en defensa y en esfuerzos y, encima, tenía uno de esos días en los que su muñeca es un torbellino. A su vera, tras dos triples del catalán, España se despegó ligeramente en el electrónico.

Pero era Willy el ente indefendible, tan superior en la zona que incluso se permitía el lujo de sacar músculo y dedicarles miradas a los rivales tras sus canastas. Una excelente bandeja de Brizuela puso el más diez para la selección. Al descanso, el panorama era favorable y la imagen del equipo, muy buena.

Bronca impresionante de Scariolo a Willy nada más empezar la segunda parte, pues el pívot madrileño no acudió a una ayuda en defensa. No quería el italiano que se repitiese la pesadilla ante Letonia, donde las bajas pulsaciones de la selección dieron alas a la remontada báltica.

Canadá pretendía intimidar con mucho roce para intentar desestabilizar la sólida torre que era España. Momentos cruciales para que los norteamericanos no se introdujeran de nuevo en el partido. Cometían muchas faltas los de Scariolo y la línea de tiros libres era un mar de esperanza para sus rivales.

Saltaban chispas porque los árbitros seguían cargando a los españoles de faltas, tanto que Scariolo recibió una técnica por sus protestas, ruidosas pero seguramente justificadas. Canadá aprovechaba su momento y estaba cada vez más cerca. Era el instante de la verdad. Una canasta de Brooks igualó el marcador y la selección tenía que demostrar de qué pasta estaba hecha. Sucumbir a las embestidas o devolver el puñetazo con fuerza.

Un triple de Rudy Fernández, espectacular, sacó a sus compañeros del pozo y Alberto Díaz, con una de sus acciones fetiche, provocar una falta en ataque, cambió el gesto de la selección, que a veces parece un poco insegura cuando acumula un par de malas acciones consecutivas.

El mal trago parecía pasado, pero Olynyk comenzó a fusilar desde la larga distancia con dos triples seguidos. Y efectivamente, España devolvió el puñetazo. Santi Aldama se quitó la cartela de novato, porque no lo es, y con ocho puntos casi consecutivos hizo estallar el Indonesia Arena, postrado ante la calidad del canario. Una acción defensiva de leyenda en grupo, porque este equipo es imbatible cuando arrima el hombro, finalizó con un tremendo mate al contraataque de Garuba. España afrontaba el último cuarto con una ventaja de 12.

Volvieron a la carga los norteamericanos con un parcial de 5-0 y con un codazo de Brooks a Aldama en la lucha por un rebote, que impactó de lleno en la cara del ala pívot, acción no sancionada por los colegiados. Fue el mismo Brooks quien, con un triple y una recuperación, convirtió la batalla en un embudo, asfixiante, cardíaco.

Momento Aldama

Aldama era ahora el líder de un equipo que se arrastraba por un pantano, cada posesión era un paso imposible y solo quedaba seguir hacia delante. El reloj parecía que marcaba cada vez más tiempo. Volvió a ser Willy el flotador al que se agarraba el grupo, sacando faltas y anotando los libres para que España pudiese respirar durante unos segundos.

El aro canadiense era enemigo de la selección, escupió dos triples que bien podían haber valido un billete para los cuartos. Pero no, el guion pedía agonía hasta el final, una batalla sin fin a vida o muerte. Un dos más uno de Gilgeous-Alexander congeló las aspiraciones españolas, pues Canadá estaba otra vez a un solo punto.

La grada indonesia despertó de su letargo en los dos últimos minutos y regaló un ambiente europeo, atronador, porque la resolución era inmediata. Un impresionante triple de Brooks puso el empate de nuevo y, otra vez, robó el balón. Gilgeous-Alexander puso por delante a los suyos con otra genialidad y, a España, le tocaba sacarse una canasta de la chistera.

Casi sale bien, pero Dort, con dos esfuerzos mayúsculos, evito el empate español. Gilgeous-Alexander no falló desde la línea de libres y los chicos de Scariolo tenían 21 segundos para obrar el milagro, pues estaban cuatro abajo. Núñez anotó una canasta utópica y, solo gastó cinco segundos y Aldama prolongó la agonía con un triple imposible tras dos puntos canadienses. Casi obra el milagro Abrines con un triple lejanísimo y bien defendido. El balón tocó varias veces el aro, pero no quiso saber nada de un prórroga y se salió.

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