El CSKA agranda el socavón del Madrid

Esa diferencia que tenía hace un mes es ya mínima, pues tanto el Zenit como el Baskonia -que ayer no falló en su visita a Rusia - o el Valencia están ya a un paso de arrebatarle la plaza que da acceso a la postemporada.

Ante el CSKA comenzó bien el equipo de Laso , centrado y de nuevo con Tavares como principal asidero ofensivo. El gigante se ha convertido en el epicentro casi único del Madrid y eso es bueno y malo a la vez. Porque con su calidad y determinación únicas se ganan muchos partidos, pero también se hace muy previsible el juego y eso facilita la labor defensiva de los rivales. Su duelo con Shengelia (más efectivo que nunca desde el perímetro con la camiseta del CSKA) fue precioso y dejó el duelo igualado tras el primer asalto (21-23).

La desconexión habitual ya llegó esta vez en el segundo cuarto, en el que Clyburn (16 puntos en ese período y 23 al final del partido) y Mike James comenzaron a decantar el encuentro. No podía frenar el Madrid el talento exterior del CSKA, al que se le caen los puntos y que al descanso mandaba ya con autoridad (41-55).

La diferencia se alargó hasta los 20 puntos (43-63, min. 23), cuando Thompkins irrumpió para evitar el naufragio . Dos triples del americano cambiaron la tendencia del partido. A Trey se unió Carroll, inédito hasta el momento, y entre ambos acercaron una remontada que nunca llegó a consumarse (69-74, min. 31).

Porque cuando mejor navegaba la nave blanca, volvió a aparecer la calidad del CSKA, esta vez en los brazos alargados de Voigtmann , que sumó cinco puntos seguidos para enfriar los ánimos (70-81, min. 35). Fue un golpe demasiado duro, del que ya no se recuperó el Madrid, al que le falta un líder desde la marcha de Campazzo .

Derrota consumada que complica el futuro, pues quedan cuatro partidos para el final de la liga regular en los que visitará al Villeurbanne, recibirá en casa al Efes y al Olympiacos y terminará en Estambul, donde jugará ante el Fenerbahçe . Un mes durísimo para intentar agarrarse a los playoffs, a los que no ha faltado nunca desde que Laso llegó al banquillo.