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Olympiacos da la campanada en la final de la Euroliga

Una canasta de Printezis en el último segundo completa una remontada histórica ante el todopoderoso CSKA Moscú

Olympiacos da la campanada en la final de la Euroliga EFE

G. D. O.

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Proeza de Olympiacos en la final de la Euroliga. Los de Dusan Ivkovic consiguieron sacar de quicio al arrogante CSKA de Moscú , gran favorito para alzarse con el triunfo, y completar un fin de semana inolvidable para el equipo ... griego. Los atenienses, con su combinación de juventud y ambición, han conseguido doblegar a los dos gallitos de la Final Four. Si el jueves consiguieron que al Barça le temblaran las canillas, hoy han logardo remontarle nada menos que 18 puntos al elenco estelar de Teodosic , Kirilenko y compañía.

No es la primera vez que el equipo que menos cuenta en los pronósticos alcanza los laureles en la Final Four . La historia conoce antecedentes tan ilustres como el del Partizan de Belgrado de Sasha Djordjevic y, al igual que aquel triple del serbio que ajustició al Joventut en 1992, la posteridad recordara la canasta de Printezis en el último segundo, a asistencia de Spanoulis , que ha liquidado al coloso ruso.

La final arrancó con esos tanteos raquíticos que últimamente abochornan al baloncesto europeo. Con Spanoulis tirando del carro en los griegos y Teodosic ejerciendo de estrella en el equipo ruso. Tres triples consecutivos de este último abrieron la primera brecha en el marcador y encaminaron el encuentro hacia lo que se consideraba su desenlace lógico (25-13 mediado el segundo cuarto). La holgura se amplió hasta el 33-19 y los de Ivkovic vivían en una sequía anotadora que no auguraba nada bueno para sus intereses.

Final para la historia

Las diferencias fueron ampliándose hasta los 19 puntos. Pero entonces los rusos llegaron a un guarismo maldito. Se quedaron clavados en los 53 puntos. Aprovechando la pájara del gigante, y espoleados por la ambición del joven Papanikolau , los jugadores del olympiacos cerraron un sorprendente parcial de 14-0 que les devolvía la esperanza. Así, se llegó a un último minuto en el que al CSKA le tembló el pulso y a los griegos les hirvió la sangre hasta colocarse a solo un punto. Con 61-60 para los rusos y nueve segundos por jugar, el lituano Siskauskas falló de manera imperdonable dos tiros libres. Entonces llegó la apoteosis. Spanoulis, una vez más, dividió a la defensa con una de sus resultas penetraciones y dobló el pase hacia Printezis , que esperaba agazapado en la línea de fondo. El ex de Unicaja no desperdició el regalo y anotó la canasta de la victoria en el último segundo. En Estambul, como Djordjevic hace 20 años. Una canasta para la historia.

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