Un vendaval de defensa y contraataque de Valencia barre al Andorra

Tras una primera parte llena de alternativas en la que los locales ya vieron que defender y correr funcionaba, Jaume Ponsarnau se la jugó, apostó por un quinteto poco físico que llegó a ponerse diez abajo pero que de repente se conectó, cerró todos los caminos a su aro y machacó a contragolpes a su rival, un modo de juego que sus compañeros más físicos no tuvieron problema en mantener.

Pese a haberse repetido una y otra vez durante los últimos días que no podía dejar que el MoraBanc Andorra cogiera confianza, el Valencia arrancó más centrado en ataque que en defensa y dejó que su rival sumara puntos sin controlar el choque, lo que obligó a Jaume Ponsarnau a pedir un tiempo muerto para evitar que se le escapara el encuentro.

Tras lograr frenar el ataque de los del Principado, el Valencia trató de hacerse con el mando del partido pero entendió que era más fácil hacerlo corriendo que en estático y acertó en su lectura (25-25, m.13).

El choque se igualó porque Upshaw le dio puntos al conjunto visitante y Vives y un dinámico Labeyrie dieron dinamismo al ataque estático de los locales, que así tenían una doble amenaza y lograron ponerse por delante de un Andorra que se entregó a un desacertado Ennis (33-32, m.16).

Pero el equipo andorrano no se vino abajo. Ayudado por el descanso de los jugadores más enchufados del Valencia y por la energía de Albicy, el conjunto de Ibon Navarro amenazó con irse al descanso con una renta cercana a los diez puntos. El Valencia reaccionó a tiempo y una penetración de Van Rossom y un mate de Will Thomas le permitieron reducir al mínimo los daños (37-39, m.20).

Ambos equipos volvieron a la pista dispuestos a jugarse el partido desde la línea de 6'75, algo lógico en el juego del Andorra pero no de un Valencia que teóricamente tiene mucho más potencial interior. Dos triples de Albicy y un par de buenas acciones de Shurna dieron la razón a los visitantes (40-51, m.23).

Van Rossom sostuvo con cinco puntos al Valencia en sus peores momentos y le dio tiempo a volver a enchufarse en defensa y a poder correr, cosa que hizo pese a q no tener el mejor quinteto para lograrlo y que le permitió correr y dar la vuelta al marcador con Matt y Will Thomas desatados (62-53, m.27).

Absolutamente desbordado, el Andorra no encontró respuesta ni en el juego colectivo ni en ninguno de sus jugadores hasta que apareció Upshaw, pero nadie le siguió y los minutos fueron cayendo hasta que el triunfo de los locales fue incontestable con San Emeterio alimentando el marcador local hasta elevar la renta hasta cerca de los veinte puntos.