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Spurs-Heat: Un anillo para dos dinastías
Miami, vencedor en los últimos dos años, y San Antonio, tetracampeón, disputan desde hoy las Finales de la NBA
Spurs-Heat: Un anillo para dos dinastías
Hace un año, los Spurs se quedaron a 20 segundos del título. En aquel sexto partido de las Finales de 2013, la franquicia de San Antonio ganaba por cinco puntos en Miami , pero acabó sucumbiendo tras un final inverosímil que incluyó un triple a ... la desesperada de Ray Allen para forzar la prórroga en la que los Heat no fallaron. Fue su segundo anillo consecutivo, el tercero en ocho años, frente a un conjunto, el de los Spurs, que se resiste a envejecer y que año a año se empeña por seguir en la cúspide a base de trabajo. Inconformista tras los cuatro títulos en los últimos quince años.
Una temporada más tarde, el equipo de Popovich regresa a una final, la quinta desde que asumió el mando en 1997, con la intención de sacarse aquella espina y sumar el quinto anillo de una generación incombustible liderada por Duncan, Parker y Ginobili en la pista.
Desde que Popovich manda en el banquillo de los Spurs, el equipo nunca se ha quedado fuera de los playoffs. Un récord que habla de la regularidad y competitividad de un equipo que encontró por entonces un líder indiscutible en la figura de un joven jugador nacido en las Islas Vírgenes, elegido como número uno del draft de 1997.
Desde ese día, la historia de los Spurs cambió de manera radical. Una franquicia acostumbrada al fracaso se convirtió poco a poco en el ogro del Oeste. Un equipo temible que se fue construyendo alrededor de Duncan y engarzando el resto de piezas clave bajo la disciplina férrea de Popovich. Ginobili, Parker... y un sinfín de escuderos más. Todos sumados a la causa que durante casi dos décadas ha dirigido con éxito el técnico criado en una Academia de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos.
Publicidad de la Final
En la ciudad de San Antonio luce estos días un gran cartel anunciando la serie final por el anillo en la NBA . «Construido vs. Comprado», en referencia a la diferente filosofía de los dos rivales por el título.
Uno, los Spurs, son el ejemplo del trabajo bien hecho. Un equipo moldeado a lo largo de los años, sin grandes desembolsos económicos. El otro, los Heat, orbitan alrededor del dinero. Un equipo ganador que se originó en 2010, cuando LeBron James decidió cambiar su Cleveland natal por la costa de Florida. Allí, con un contrato millonario, encontró el amparo de Dwyane Wade, figura ya en el anterior título de la franquicia en 2006, y el fichaje a golpe de talonario de Chris Bosh. Un trío de figuras cuya calidad encontró pronto lo que LeBron llevaba años buscando: el anillo de campeón.
La duda de Parker
Le costó ganarlo, ya que en su primer intento con la camiseta de los Heat, fracasó como lo había hecho antes en los Cavaliers. Aquel fracaso le hizo darse cuenta de la importancia de rodearse de buenos jugadores. Olvidar los galones. Al año siguiente, LeBron se hizo más solidario y encontró el premio en forma de anillo. Un triunfo que repitió la temporada pasada en la mencionada final de funesto recuerdo para los Spurs, que a partir de esta madrugada (3.00 horas, C+) intentarán quitarse el mal sabor de boca.
Lo harán, esta vez sí, con el factor cancha a su favor, bajo el recuperado sistema del 2-2-1-1-1. Partidos alternos en los últimos tres duelos, terminando en San Antonio si es que hiciera falta llegar al séptimo.
Sobre la cancha estará finalmente Tony Parker, lesionado en un tobillo durante la final de conferencia contra los Thunder, pero que ya ha confirmado que jugará. «Si estoy al 50 por ciento intentaré jugar, y si estoy por debajo del 50 por ciento, lo discutiremos», señaló el base en la previa del encuentro que abrirá la serie en el AT&T de San Antonio. Allí, dos de las últimas dinastías de la NBA se verán de nuevo las caras. Una, la de los Spurs, quiere ser leyenda; la otra, la de los Heat, ansía empezar a serlo. Dos modelos distintos, pero eficaces. Dos equipos rocosos en busca del anillo.
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