Fútbol / Champions League

Diego Godín: «El problema del Atlético es un tema mental, de motivación»

Entrevista

El Faraón profundiza en la crisis de su equipo favorito y entra en comparaciones: «Nosotros íbamos a muerte con Simeone, disfrutábamos defendiendo»

El Atlético se dispara en el pie

Godín, en el Atlético. Godín, en el Inter ABC

Le bautizaron como El Faraón, aunque nunca le entusiasmó el apodo. Pero durante nueve años, casi ocho con Simeone, fue indiscutiblemente el Rey corpóreo y espiritual de una defensa inexpugnable en el Atlético de Madrid. En seis de ellos fueron la zaga menos goleada de ... la Liga, hito que desde entonces sólo han conseguido una vez, el año del título (2020-2021). Pero la naturaleza de un hombre que se rompió la cabeza, la nariz e incluso los dientes por ese escudo, le impide sacar pecho cuando se hacen comparaciones con la fragilidad actual. Diego Godín (16-2-1986, Rosario, Uruguay) atiende a ABC desde su localidad natal, dedicado a «disfrutar de la familia y cambiar pañales». Colgó las botas el pasado 30 de julio y no es casual que sólo mes y medio antes había sido padre de su primera hija, Pilar.

- Retirado y padre. ¿Qué tal su nueva vida? 

Feliz. Después de tantos años quería estar con los míos. Ser padre es un aprendizaje constante. Tengo una niña hermosa, que ya de a poquito me empieza a decir papá, me tira los brazos, así que se me cae la baba. Y tengo tiempo para mí, mis cosas, mi familia, mis amigos y era lo que buscaba después del retiro.

- Decía que no echaba de menos el fútbol, pero apenas ha pasado medio año y se mete a un equipo local, el Porongos FC. 

La verdad es que no extrañaba nada el fútbol profesional, no había jugado ni una pachanga. Pero el Chori Castro en un asado me dijo que quería volver a jugar, además él salió de allí (Trinidad, Flores), su padre jugó allí. Y me dijo: «dale, acompáñame, que tenemos que jugar juntos, vamos a hacer una foto familiar, entramos a la cancha con Pilar». Y me entró por ese lado y bueno, no va a ser mucho la competición, unos tres meses. Y me convenció y hoy estoy entusiasmado. Pero insisto, voy a jugar como futbolista retirado, esto es amateur, es un fútbol regional como en España. Son chicos que muy pocos no trabajan y se dedican sólo a jugar este fútbol.

- Le habría gustado retirarse en su país, en Nacional o en Cerro donde empezó. Pero las piernas dijeron basta.

Primero dijo la cabeza basta, y es lo principal. Físicamente el último año, con el desgaste y ya el dejarme ir, sufrí alguna lesión muscular, pero en realidad a mí me dijo basta la cabeza. Después del Mundial tuve la sensación de que algo se apagaba, algo se terminaba, mi cabeza hizo un clic. Me vacíe muchísimo los dos últimos años para llegar al Mundial en buenas condiciones, porque sufrí una tendinitis crónica del tendón rotuliano que me desgastó muchísimo, que me hizo jugar menos de lo que quería, estar pendiente de eso todo el tiempo. Y después del Mundial mi cabeza me dijo basta, ya no tenía más ganas de competir, tuve dos pequeñas lesiones musculares, y ya no tenía ganas de recuperarme, de ir a la camilla, de volver a jugar... Yo estaba en Argentina y justo coincidió que ya nació mi hija, fueron un cúmulo de cosas. Es difícil tener preparado el «voy a jugar hasta aquí». Si me hubieran dejado elegir habría soñado jugar toda mi vida en el Atlético de Madrid, retirarme en el Metropolitano. Pero al final cada uno tiene su situación. Me hubiese encantado tener la fortaleza para haber seguido un tiempo más y haber jugado en Nacional o en Cerro, que la posibilidad la tuve, pero no podía. Hubiese sido para peor tanto para el club como para mí y dije que hasta acá llegué.

- Un sitio donde cumplió muchos sueños es el Atlético. Mire en que se ha convertido ese 17 de mayo con su gol en el Camp Nou. 

Sí, siempre digo que es como mi segundo cumpleaños, es una fecha muy importante para mí. Cada 17 de mayo se recuerda ese gol, cada Barça-Atlético se recuerda ese gol y se va a seguir recordando a lo largo de la historia. Me enteré hace unas semanas que el gol fue a las 19:03 y no lo podía creer. Los atléticos sabemos lo importante que es ese número. Y en la semana previa al partido soñé que marcaba y éramos campeones. Y cuando pasó el partido, hoy se me sigue poniendo la piel de gallina al recordarlo, sentí un 'déjà vu', eso ya lo había visualizado, lo había soñado. Fue un momento increíble para mí y para la historia del Atlético.

- No sé si también soñó marcar en Lisboa. Pero su espina clavada es la Champions.

Sí, ese sueño me lo cortaron al final, me despertaron. Lisboa fue doloroso por las formas, nos empatan al final, partido durísimo, y luego pierdes en el alargue prácticamente ya sin fuerzas. Pero nos costó menos levantarnos, porque veníamos de un año impresionante, a nivel grupal, de títulos, los aficionados vivieron emociones increíbles. Una semana atrás habíamos sido campeones de Liga, llegamos a las semifinales de Copa. Pero en 2016 en Milán llegábamos más fuertes, tuvimos tiempo para prepararnos, era la segunda y pensábamos: ésta es para nosotros. Llegábamos con más experiencia, ya habíamos jugado una final, conocíamos el camino. Y por lo que fue el partido, totalmente al revés que Lisboa. El Madrid marca primero y nosotros tomamos el control, llevamos el peso, haciendo ocasiones, creando un penalti, pudiendo empatar y hasta pudiendo ganar. Y llegamos con restos físicos y otra mentalidad. Sentíamos que lo merecimos en el partido y perder nos dejó una gran sensación de vacío y de golpe más dura que en 2014 y costó mucho más levantarse. Fue un segundo palo cuando todos pensábamos que era la nuestra.

- Con el VAR se supone que el 1-0 de Ramos no habría subido al marcador.

No sé sabe porque el VAR lo manejan los humanos. Vamos a dejarlo ahí.

- Siempre cuenta que en ese Atlético era una familia. De hecho tienen un grupo de Whatsapp llamado «Hermanos de sangre».

Sí, con Gabi, Koke, Raúl García, Villa, Juanfran, Adrián, Antonio López... Lo que se generó esos años fue algo increíble que trascendió el campo. Y cuando se logra tener un grupo de amigos dentro de un vestuario, un núcleo tan fuerte, con líderes con tanto sentido de pertenencia y tanto compromiso, se logran cosas buenas. Te da un plus, porque compites con amigos al lado por los que estás dispuesto a dar la vida. Se vio en el día a día y hoy mantenemos una amistad que evidentemente no nos vemos frecuentemente, pero nos seguimos escribiendo en cumpleaños, en fechas importantes, alguien a veces escribe algo y el grupo se reactiva. Es una relación que quedará de por vida porque se forjó algo muy fuerte.

- Uno de sus grandes amigos es Griezmann. ¿Cómo vivió su vuelta al Atlético? ¿Le ve más maduro mentalmente?

Antoine lo pasó muy mal al irse a Barcelona, sufrió mucho las críticas y él deseó mucho volver, renunció a mucho para volver. El club le dio una segunda oportunidad, que no todo el mundo la tiene y habla bien de él y fue mérito suyo aprovecharla. Lo hizo fácil entre comillas por su calidad, porque si no hubiese rendido dentro del campo no estaríamos hablando de Antoine como una de las máximas leyendas del Atlético y uno de los jugadores más queridos. Como jugador lo entiende absolutamente todo dentro del campo, lo que necesita el equipo en defensa, dónde lastimar en ataque, y además se transformó en un líder desde lo extradeportivo, con ese cariño que se ganó maneja al grupo, al vestuario, a la afición. Se transformó en un jugador completo en todas las facetas, indispensable y diferente.

- Antes de marcharse la afición del Atlético sufría porque sembraba un poco de incertidumbre con su futuro, las entrevistas, el documental... ¿Usted qué le decía?

Todos hemos aprendido a conocer a Antoine, él tiene ese toque de fantasía, él vive el fútbol como si fuera la NBA, la NFL, y la gente del mundo del fútbol no está preparada para vivirlo de esa manera. Y menos una afición como la del Atlético con tanto sentimiento del de antes, de valores puros. Uno hasta que no pasan las cosas no toma dimensión de la repercusión que puede tener para lo bueno y para lo malo, hablando de su forma de transmitir, de cómo dijo me voy, de cómo dijo vuelvo. Pero los que le conocemos sabemos el gran corazón que tiene, lo buen chico que es y por eso logró recuperar el cariño de la afición. Hay que entender un poquito esa locura linda que tiene para saber lo que es Antoine y hoy no se puede discutir que es uno de los jugadores más importantes en la historia del club.

- Usted se va tras nueve temporadas y siendo capitán. ¿Por qué no renovó?

Hay una realidad objetiva de lo que pasó. Yo no llego a un acuerdo con el club, no me hace falta entrar en detalles porque no quiero, tengo una buena relación con todos, es mi club y vuelvo aquí tranquilamente. Pero no llegamos a un acuerdo, y no fue por dinero, yo realmente quería. Pero llegó un punto en el que tenía que tomar una decisión y decidí que era el momento de tomar otro camino. Y no tengo ningún rencor, el tiempo te va curando esas cosas y te lo hace ver de otra manera.

- Estamos en marzo y Koke sigue sin renovar. ¿Ve similitudes con su caso?

No quiero criticar, ni pensar por qué no lo han renovado ya, creo que están obligados a entenderse y a llegar a un acuerdo. Porque Koke no es un jugador más, no puedo compararlo conmigo ni con nadie. Koke es un chico que nació en el club, que se crió en el Atlético, que es Atlético de Madrid, el más importante en cuanto a números de la historia. Yo si pudiera aconsejar a Koke, que es el que tengo más cercano, ya se lo he dicho: «haz todo el esfuerzo que puedas para llegar a un acuerdo, hasta donde tú y tu familia podáis, porque no te mereces ir a ningún otro lado». Ni siquiera por dinero. Te mereces quedarte aquí, seguir en tu ciudad, en tu club, con tu familia. Son contados con los dedos de una mano los jugadores que logran nacer y retirarse en el mismo club. Yo me pongo en su lugar y para mí sería soñado. Desde el lugar que te toque. Porque hoy es titular indiscutido, el capitán, es indispensable, para los que sabemos ver fútbol, más de lo que dicen los números. Pero van a pasar los años y capaz que no será el mismo Koke, todos perdemos facultades, y te toca estar desde otro lugar. No importa. Koke tiene que estar dentro de ese vestuario y tienen que hacer un esfuerzo todas las partes. Tiene que seguir y ojalá pueda retirarse en el Atlético.

- Simeone. ¿Cómo hace para que siga calando su mensaje? ¿Cree que en la plantilla actual son tan soldados del Cholo como en su época? 

No lo sé. Sería injusto hablar de algo que no sé de las sensaciones dentro del vestuario. No es comparable, son diferentes épocas. Pero yo al Cholo le tengo un cariño muy grande y la mayoría de mis compañeros. Nosotros creímos en él, fuimos a muerte con él. Nos enseñó un camino en el que vimos que como equipo éramos fuertes y todos mejoramos individualmente. El Cholo nos dio un mensaje y cuando ves que cumples los objetivos, cuando ves los resultados, estás obligado a creer. Estábamos tan convencidos de que la idea del Cholo era nuestra idea, que íbamos a muerte detrás de él.

- Este Atlético no es tan fuerte defensivamente como el suyo.

Hay algo que es innegable, los números marcan una realidad, que los últimos años esa solidez defensiva a la que estábamos acostumbrados ha cambiado, son peores números. Y el equipo lo está pagando, cualquier error está costando puntos, a los rivales les cuesta menos hacerles goles. Pero son jugadores diferentes, partimos de la base de que juegan con un sistema diferente. Pero han fortalecido otras áreas, tienen un mayor volumen de juego, un juego más vistoso y hacen más goles. Pero se han debilitado en el otra área. Y el fútbol es ser contundente en las dos áreas y el Cholo tendrá que trabajar en mejorar esa faceta que a nosotros nos dio muchísimo resultado. En mi época no es que fuera una táctica, a veces sí, pero a veces por lo competitivos que éramos nos defendíamos todos con uñas y dientes por no querer perder. Era una forma de sentir el fútbol y no nos importaba defendernos todos 20 minutos porque sabíamos que nos llevaría a la victoria. No decíamos: qué mal lo estamos pasando, joder, tenemos que salir. No. Disfrutábamos defendiendo porque nos sentíamos cómodos y nos dio grandes resultados.

- Físicamente también eran aviones. Ahora con el Athletic se comprobó que eran más fuertes. ¿Qué ha cambiado? El Profe Ortega ha anunciado que se va. 

No he querido escribir al Profe para preguntarle qué tal y saber detalles, porque ahora como iré a Madrid hablaré con él. Pero son muchos años de Profe y me imagino que estará agotado de tanta exigencia. Y lo del Bilbao yo noté lo mismo, fue evidente. El Bilbao iba a otro ritmo, con otra marcha y con otra intensidad en la eliminatoria. Fue superior desde lo físico y desde lo mental. Pero no sé a qué se debe. Yo veo a los jugadores del Atlético y todos son aviones, todos son fuertes. Pero no lo atribuyo tanto a lo físico. Porque también compitió contra el Madrid y lo igualó físicamente. Para mí pasa por un tema mental, de motivación y que el Bilbao estuvo mejor. Parecía el Atlético de mi época, replegado, fuerte, físicamente no te daba respiro y cada ataque eran puñales. El Atlético no tuvo la fuerza para competir así. Pero no me parece que sea algo en general de lo físico.

- Y con todo esto, llega el Inter de Milán. Usted jugó allí un año. ¿Cómo lo ve?

Es una eliminatoria difícil. El Inter tiene un grandísimo equipo, yo lo conozco y es de las plantillas más fuertes y compensadas de toda Europa, llevan jugando muchos años juntos, tiene una de las mejores defensas de Europa en números y tiene una gran cantidad de variantes en ataque. Lo demostró en Milán, creo que ganó merecidamente. Pero aunque el Atlético no está en el mejor momento en números y en confianza, son partidos diferentes que son una isla. En la Champions y en un partido definitorio el jugador se aísla, tiene una motivación extra, la gente va a estar a full, el Metropolitano va a ser una caldera, va a explotar y todos van a ir a una. Y sólo vale ganar, no hay especulación. Yo tengo confianza en que el Atlético puede marcar. Pero creo que será un partido duro, duro.

- El 4 de abril le vemos de vuelta en el Metropolitano, en un homenaje que le tributa la Unión Internacional de Peñas.

Sí. No me alcanzará la vida para agradecer tanto cariño de la gente. Eduardo, el presidente de la Unión, pensó en esto hace mucho tiempo y sé que están preparando algo bonito y poder hacerlo en mi casa que es el Metropolitano será muy emotivo. Voy a disfrutar mucho de poder reencontrarme con amigos, compañeros, gente que fue parte de mi historia en el Atlético, y será un rato muy lindo.

- Y más allá de ese día, ¿cómo se vería de vuelta en el Atlético de Madrid? ¿Director deportivo? ¿Entrenador?

Ahora no pienso en eso. Pero yo siempre ayudaré al Atlético de Madrid donde me precisen. Me siento cómodo en cualquier lugar por la ciudad, porque ha sido mi casa, por el cariño que le tengo y me encantaría formar parte de ese club en la faceta que fuera. Pero en lo personal es cierto que me veo más cercano a ser entrenador. Hoy lo veo un poco lejano, pero sí me gustaría sacar el título porque es lo que más me llenaría, aunque no a corto plazo.

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