El Atlético asalta Ipurúa con un gol de Gameiro

Al Éibar hay que reconocerle que logró igualar la tensión que inyectó el Atlético al partido y que pusó contra las cuerdas al equipo de Simeone. Sin embargo, la victoria rojiblanca recordó a muchos que fueron ellos los que hicieron de esta forma de juego su estilo de vida. El equipo vasco, que buscó el gol hasta el final, se encontró cuando no con la defensa, con un imperioso Oblak, que demostró que no tiene dos trofeos Zamoras por casualidad. El esloveno es capaz de hacerse grande en los momentos más difíciles y es, sin duda, uno de los jugadores más regulares esta temporada. En el conjunto de Mendilibar, Inui fue uno de los que más lo intentó, aunque el acierto no estuvo de su lado. En la otra banda, Iván Alejo sucumbió en la primera parte ante un gran Lucas. En el descanso su entrenador le sustituyó por Orellana, quién sabe si porque el defensa atlético le había terminado por minar la moral.

Las ocasiones de la última media hora las monopolizó el Éibar. Las jugadas de ataque se sucedían sin que el balón entrase en la portería y el Atlético convirtió el despeje en su mejor aliado. Los de Mendilibar a punto estuvieron de llevarse un punto si Kike García o Sergi Enrich hubiesen logrado meter alguna de las que tuvieron en los minutos finales. Los jugadores guipuzcoanos llegaron a reclamar incluso una mano dentro del área en una de las acciones, pero Mateu Lahoz estimó que no había nada punible. La pelota sí tocó en el brazo de Augusto y la jugada bien podría haber acabado en los once metros.

Poco antes, Griezmann tuvo en sus pies el segundo pero estrelló el disparo en Dmitrovic . El francés comenzó bien el partido, aunque fue desapareciendo a medida que pasaron los minutos. Terminó viendo el final desde el banquillo junto a los delanteros que le habían acompañado en el inicio, Correa y Gameiro.

Simeone sufrió desde la banda la mala segunda parte de su equipo. Los fallos eran constantes en ambos lados pero parecía que los rojiblancos eran incapaces de llegar con peligro al área rival. El cambio de Augusto por Gameiro no solo no le dio más poderío en el centro del campo, sino que terminó por anular la capacidad ofensiva del Atlético, incapaz durante los segundos cuarenta y cinco minutos de hacerse con el juego.

Los de Simeone jugaron un partido que más de uno pensará que se trató de una reposición. Sin desplegar un gran juego y valiéndose de su seguridad defensiva y de un único gol, logró llevarse tres puntos gracias a una acción que a la postre se convertiría en aislada. Veinticinco minutos le bastaron al Atlético para abrir la lata y volver a cerrarla. Si bien pudo dejarse dos puntos en Ipurúa, el poco acierto rival le acompañó este sábado.

Los rojiblancos lograron finalmente imponerse a un Éibar que llegaba tras cuatro victorias seguidas en casa. El Atlético aumenta así la distancia con el Real Madrid a diez puntos y le recorta tres al Barcelona, a la espera del partido de los azulgranas frente a la Real Sociedad.

El Atlético, además, rompió una racha del Eibar de siete partidos en cadena sin perder, cuatro victorias seguidas en casa y tres triunfos consecutivos en la liga, en un partido en el que ninguno de los dos mereció perder.

Los armeros no fueron capaces de superar a una gran defensa atlética que se conformó con el gol logrado por Gamiero en la primera mitad y sufrió como nunca para mantener el botín gracias a un gran Oblak.

Hasta el gol de Gameiro, el Atlético fue muy superior. Entró en el encuentro decidido a resolver y generó ocasiones. Los rojiblancos, este sábado de amarillo en Ipurua, tuvieron hasta ese momento más ocasiones y más dominio.

El bloque entrenado por el argentino Diego Simeone dispuso de tres ocasiones en el primer cuarto de hora, dos de Ángel Correa y una de Koke Resurrección, y a la cuarta, en el minuto 27, se adelantó en el marcador, por medio de Gameiro, que controló y culminó ante el portero Marco Dmitrovic un pase de Griezmann.

A partir de ahí, el Atlético consideró que el trabajo estaba hecho y se empeñó más en proteger su portería que en buscar la contraria.

Mendilibar movió ficha en el descanso, dando entrada a Orellana en lugar de Alejo para buscar algo más de desborde ante una defensa atlética que se mostraba infranqueable, pese a que los locales arrancaron las segunda mitad con mucho ahínco.

El Atlético parecía renunciar al ataque sabedor del gran botín que tenía en el zurrón, aunque el Eibar, pese a jugar en campo contrario, tampoco era capaz de llegar con peligro al área de Oblak.

Enrich tuvo el empate en su cabeza en el minuto 63 tras el saque de una falta, pero Oblak estuvo muy atento rectificando a tiempo cuando el balón ya se colaba en su portería.

La segunda mitad se estaba jugando en campo atlético, pero los colchoneros parecían estar a gusto con la situación, tanto que Simeone decidió fortalecer el centro del campo dando entrada al argentino Augusto Fernández en lugar de Gameiro.

Pese a que los colchoneros no salían de su campo, Griezmann tuvo la sentencia tras una contra en un mano a mano con Dmitrovic que el cancerbero logró despejar.

También Oliveira tuvo la suya en el minuto 77 al rematar de cabeza un córner que Oblak volvió a atajar, en un final de partido frenético en el que cualquier cosa podía pasar.

Una vez más, el guardameta colchonero evitó el empate a un disparo lejano de Inui, mientras la afición armera se desesperaba ante la superioridad sin frutos de su equipo en el segundo acto.

Los armeros lo dieron todo en el tramo final, pero no pudieron superar a una defensa que se mostró impecable durante todo el partido.

Incluso se pidió un penalti favorable a los locales en el tramo final del partido por mano de Augusto, pero nada más pudo hacer un Eibar que sigue sin sumar frente al Atlético en Liga, pese a haber cuajado un buen encuentro.