Las suertes del defensa
El portugués Pepe, el Ogro del Tiqui-taca, le ha arrebatado en el mundo culé el título de hombre al que te gustaría odiar («The man you would love to hate»), pero los demás símbolos de la Final son suyos: el capote y el copazo.
El copazo: la Copa era suya y podía hacer con ella lo que le viniera en gana.
El capote era de Morante, o eso cuenta Curro Vázquez, y lo manejó ante el mundo con solvencia de hombre-anuncio del toro (dos verónicas, la media y una revolera), justo cuando en Francia declaran la tauromaquia Patrimonio Cultural Inmaterial.
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