«Seve» Ballesteros: genio incomprendido en su tiempo

De esta forma, una vez superados sus problemas económicos iniciales con buenos resultados, vio que tenía que competir donde estaban los mejores. El problema es que las reglas del Circuito Americano en los años 70 y 80 eran muy proteccionistas y le exigían una dedicación completa al PGA Tour , algo a lo que él se negó. Se sentía un jugador internacional y quería poder jugar con libertad por todo el mundo. No le importó ser sancionado, pero al final consiguió su objetivo y hoy en día existe un ranking mundial unificado (del que fue número uno, el único español que lo ha logrado) y hay mucha más flexibilidad en los torneos.

Pero sus peleas no se centraron solo al otro lado del Atlántico. A pesar de ser el renovador de la Ryder Cup y su máximo exponente europeo (de hecho, cambiaron las normas para que él pudiera jugar en este bando, que anteriormente estaba reservado a británicos e irlandeses), también tuvo encontronazos serios con el European Tour , con la consecuencia de que hoy en día el circuito continental es el segundo más importante del planeta. Cuenta con una producción propia multimedia de sus torneos y estos se siguen en todos los países.

Precisamente, la televisión fue una espina que tuvo clavada a lo largo de toda su vida. No porque no le gustara que le entrevistaran, sino porque se sintió maltratado cuando, a punto de ganar el Open Británico , cortaron la transmisión de Televisión Española para poner una carrera de caballos. Seve lo entendió como una afrenta hacia su deporte y se tomó como una cruzada personal cambiar la mentalidad que existía en España de que el golf era una actividad marginal, solo para ricos. Pensó que la mejor manera de hacerlo era acercándolo a la gente por medio de los campos públicos y se convirtió en el abanderado de esa propuesta. Gracias a eso, hoy en día hay setenta repartidos por toda la geografía nacional, lo que ha llevado en los últimos treinta años de tener 23.000 a 300.000 jugadores federados .

Además de insigne jugador, fue organizador de torneos, diseñador de campos y, en sus últimos años, presidente de su Fundación , su último gran legado para la sociedad.