Rahm busca en la meditación su primer Open USA
Después de pasar el covid cuando cuando era líder del Memorial, el español recurre a las estrategias mentales y de atención plena, y aspira al fin a ganar un grande en su campo talismán de Torrey Pines

Los grandes campeones se distinguen del resto de los deportistas por su capacidad para superar los malos momentos. Como repetía Chema Olazábal en sus peores trances, «lo importante no es cuántas veces te caigas, sino las que te puedas levantar». Y en el caso de ... Jon Rahm , el tremendo revolcón que supuso su eliminación del Memorial por el Covid, cuando lo encabezaba con seis golpes de ventaja, apenas le duró un día. «Lo importante para mí en ese momento fue asegurarme de que ni mi mujer ni mi hijo estuvieran contagiados -explicó-; y una vez que lo comprobé, me puse a preparar el Open USA de la única forma que podía hacerlo: mentalmente».
En efecto, dado que el jugador español tuvo que estar aislado en su domicilio sin poder salir al campo de prácticas (la cuarentena así lo obligaba), tiró de su fuerza mental para sobrellevar la situación de la mejor manera posible. «A lo largo de la temporada no había estado jugando muy bien, pero en esa última semana había logrado unir todas las piezas y desplegué mi mejor golf. Así que me quedé con esas sensaciones y las trabajé con ejercicios de relajación y concentración para no perderlas», comentó confiado a su llegada a San Diego . Siempre se ha dicho que la parte del cuerpo más importante para el golfista es la cabeza y Jon la trabaja especialmente desde pequeño. Conocedor de que su carácter es explosivo, lleva años preparándose con psicólogos deportivos para templarlo y que se convierta en un aliado y no en un enemigo. Y en este momento crucial de su carrera parece haber encontrado el equilibrio perfecto. «No cabe duda de que me sucedió una faena tremenda, pero una vez que pasó ya no había nada más que hacer y no valía de nada lamentarse -indicó-, por lo que he venido practicando en estos últimos días estrategias de meditación y ‘mindfulness’ para ayudarme a comprender la situación y aprender de ella, pero siempre manteniéndome en el presente, sin mirar ni al pasado ni al futuro».
En Torrey Pines , sede del Abierto estadounidense de este año y campo emblemático para él por ser el escenario de su primer triunfo en el PGA Tour, siempre ha jugado bien. El recorrido, aunque con la dureza habitual que marca este campeonato, no estará tan terrible como en otras ocasiones y eso siempre es una ventaja para hombres como Rahm que, además de una gran potencia, tiene unas manos excepcionales para el juego corto.
El nuevo putter, crucial
Pero lo que sin duda le hace sacar la sonrisa es que al fin, después de cambiar de marca de palos el pasado invierno, ha dado con la clave en los tapetes. «No terminaba de encontrar el toque con el putter y, tras visitar la fábrica de Odissey el mes pasado, di con la tecla que me faltaba. La semana del Memorial fue de las mejores que he tenido y confío en poder seguir la racha aquí, en un campo que me encanta y donde me siento muy confiado. Además, en estos días de entrenamiento completo he recuperado las mejores sensaciones. Sí, reconozco que soy optimista de cara a poder ganar mi primer grande», espetó sin pudor.
Lo que en otro jugador podría considerarse arrogancia o chulería, en el vizcaíno es solo un rasgo de convencimiento. Él sabe que está destinado a formar parte de la historia y a ver su nombre en la lista de los ganadores de ‘majors’; por eso no ve los torneos que van pasando como ocasiones perdidas, sino que afronta los siguientes como oportunidades que le quedan por delante. Por eso lo que a otro tipo de deportista le serviría para salvar una temporada (quinto en el Masters y octavo en el PGA Championship) a él no le dice nada. Siete top-10 en dieciocho grandes es poco bagaje para quien solo apuesta a ganador.
Aunque el de Barrica es el favorito en las apuestas por delante de Bryson DeChambeau, Dustin Johnson, Brooks Koepka y Xander Schauffele, no hay que ocultar que el reto que se le presenta es tremendo. Se trata del torneo más esquivo para los españoles al ser el más americano del Grand Slam (Miguel Ángel Jiménez fue segundo en 2000 y Rahm tercero 2019 ). Afortunadamente, se dan las condiciones ideales para que Jon rompa la racha: su propia madurez y el calor de Torrey Pines, el patio de su casa.
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