Operación antidopaje: un laboratorio clandestino y 700 clientes del deporte popular

Los agentes que luchan contra los riesgos para la salud pública y la distribución de sustancias y medicamentos se encuentran cada vez más con el prototipo. Una organización barata , uno o varios pisos ocultos provistos de una logística rudimentaria, maquinaria ineficaz y un producto final dopante que no cumple ninguna garantía sanitaria y supone un peligro para el cliente.

El laboratorio desmantelado en Málaga, al frente del cual estaban un español y una paraguaya, almacenaba sustancias con más de 15 tipos distintos de productos bajo una marca propia. Se encontraron más de 125.000 dosis de medicamentos dopantes preparados para el consumo.

La investigación comenzó en 2019 por la detección de envíos de principios activos de medicamentos que entraban en España desde China, Turquía o Bulgaria. Esos envíos sacaron a la luz varias vías de distribución de productos ya terminados, anabolizantes, esteroides, hormonas de crecimiento y medicamentos contra la disfunción erécti l. Estos productos eran distribuidos para su administración oral e inyectables.

La investigación derivó en una persona que se anunciaba como representante de una marca de anabolizantes de gran calidad. Y concluyó en una operación conjunta de la Policía y la Guardia Civil, al identificar que el origen real un piso en Benalmádena (Málaga) .

Según la investigación, el laboratorio carecía de cualquier medida sanitaria o de control de esterilización y conservación. Había una máquina de fabricación de comprimidos, así como diversos utensilios y dispositivos para la fabricación de cápsulas y relleno de viales para inyecciones. Todo, sin ningún control. Las dosis podían variar al azar, en función del peso de una balanza o del criterio de los sospechosos detenidos, quienes no tenían cualificación profesional y habían aprendido las prácticas a través de tutoriales de Youtube .

Entre las sustancias detectadas había péptidos , el tipo de dopaje deportivo de moda en el mundo, hormona del crecimiento comprada en Turquía y toda clase de anabolizantes.

Los investigados camuflaban su negocio de dopantes con una tienda de venta de ropa online para justificar el gran volumen de comercialización y paquetería que movían. Los agentes encontraron más de 1.500 prendas de ropa en el piso malagueño.

Las autoridades antidopaje sospechan que la red clandestina llevaba al menos tres años en funcionamiento y calculan que al menos 700 deportistas populares han comprado los productos dopantes. Entre ellos hay diversas modalidades deportivas, culturistas de gimnasio, atletas, ciclistas, triatletas y futbolistas de un club de regional de Andalucía. Entre los clientes del laboratorio las autoridades antidopaje no han detectado a ningún deportista profesional.

Los agentes constataron entre los compradores a personas de 20 años o menos , que se inician en el hábito de la testosterona adquirida sin ninguna garantía sanitaria y que, según las autoridades, supone un peligro para su salud.