literatura y deportes

Rafa Nadal, radiografía de un campeón

En «Rafa, mi historia», John Carlin estructura por capítulos la vida dentro y fuera de la pista del tenista español

laura marta

Lleva casi seis meses sin regalar mordiscos a la afición. Una lesión se lo impide, pero Rafa Nadal asegura que volverá pronto. Mientras se espera su regreso, no está de más recordar de dónde viene y por qué es como es. Conocida su ... faceta en la pista, el periodista John Carlin trató de explorar su mundo más íntimo , el que no se ve, pero se intuye en cada gesto de rabia o de alegría en su biografía «Rafa, mi historia» (Urano).

Resuena la pelota en la catedral del tenis. Las palabras de Nadal recuperan aquel fantástico partido de tenis en la final de 2008. John Carlin entra en su mundo a través de las derechas invertidas y los reveses que se sucedieron en aquel día de verano. El tenis como excusa, la vida de Nadal al descubierto . Con sus problemas, sus éxitos, sus lágrimas y su miedo a los perros.

Es Nadal cuando se habla del partido. Sus sensaciones en primera persona antes de salir: el frío de la ducha, el recuerdo de unas lágrimas amargas, los gritos de ánimo para espantarlas, el intento de presión sobre el rival, apenas alejado un par de metros, el ritual de sus vendas, su rodilla, la empuñadura; durante el partido: la seguridad en la victoria, los nervios del primer juego, las miradas al palco buscando respuestas, apoyo, cobijo, amor ; y celebrando la victoria: las lágrimas, la tensión que se esconde, el guerrero que se esfuma, el surgimiento del niño, del hijo, del hermano, del novio, del sobrino. Son estos últimos los que cogen el testigo en los capítulos pares. Quienes lo protegen, lo cuidan y lo miman describen el mundo desconocido del guerrero que descansa en el banquillo mientras sitúa las botellas en su sitio, centrado en el siguiente punto, sin pensar en nada más porque son los otros, casi invisibles en su fama, imprescindibles en su vida, los que le dan el soporte para que él siga ajustándose la cinta y salte a la pista sin nada que temer. Ni siquiera a las tormentas .

Dos Rafas: el de la pista y el de fuera de la pista. El héroe nacional que le teme a los perros cuando regresa a casa, a ese círculo pequeño que le ofrece el hombro, el consejo y le dicta disciplina para jugar y para vivir. Dividido por capítulos, Carlin concede espacio para las mujeres de Nadal, su tío y entrenador, sus amigos de toda la vida o sus amigos de su carrera profesional. Y los llama así, amigos, porque incluso Carlos Costa, ajeno a la familia, está tan imbuido de la «filosofía de los Nadal» que ya es parte de ellos. Uno más en una familia que celebra lo justo las victorias y que sigue recriminando al heptacampeón de Roland Garros que su cuarto está muy desordenador. Este, cumplidor, cocina para todos en las noches de los torneos. Es ley de vida, ley de los Nadal.

Una radiografía ágil, intensa como aquella final de Wimbledon, y reveladora del esfuerzo que hay detrás de cada derecha ganadora , aunque solo sea uno el que golpee la pelota. Solo sea uno el que muerda el trofeo.

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