El Prater de Viena es el escenario del «experimento atlético» que llevará hoy a Eliud Kipchoge a tratar de rebajar la icónica barrera de las dos horas en el maratón. El atleta contará con todo tipo de ayudas para conseguir hacer realidad ... un sueño al alcance de muy pocos.
Zapatillas especiales, un coche que rebajará la resistencia del viento y 41 liebres a su servicio servirán a Kipchoge para tratar de parar el reloj en 1:59 y algunos segundos. ¿Cuántos? Es lo de menos. «Intento estar calmado, esta marca significa mucho para mí y para mi continente, África, para dejar claro que no hay límites, que las fronteras las marca la mente», reconocía el atleta antes de iniciar su reto, previsto para las 8:15 horas del sábado en Viena.
En caso de superar el reto y bajar de las dos horas, el récord no contará para la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) por las ayudas externas, pero sí probará que no hay límites para el ser humano.
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