La efectividad danesa deja sin bronce a España

El Olímpico de Granollers, un lugar donde el balonmano se respira de forma especial, recibía por todo lo alto a la selección española, que buscaba cerrar el Mundial con un metal entre sus dientes tras caer ante Noruega en las semifinales. Enfrente se plantaba Dinamarca, uno de los mejores equipos de mundo algo desvirtuado tras dejarse remontar por Francia en su último enfrentamiento donde las galas les dejaron sin final. Duelo de estilos, pues mientras España apostaba por el pincel y la exquisitez técnica para agujerear la red, las escandinavas tiraban de muro de escudos y martillo para quebrar a las de José Ignacio Prades . Un partido veloz e igualado en sus primeros compases, algo exento de tácticas y pausa, más enfocado a lo pasional, coherente si se tiene en cuenta la magnitud de la cita. Mercedes Castellanos se hacía grande bajo palos y el marcador solo mostraba igualdad, uno arriba las visitantes o uno arriba las anfitrionas. 'Drina' Cabral entraba en estampida por el centro y mostraba precisión desde los siete metros. Buenas sensaciones y mucho por lo que luchar.

Las danesas, con campo abierto, se convertían en una bandada letal, también desde la larga distancia cuando España no replegaba con rapidez y los espacios asomaban. En ataque, la selección combinaba acciones de gran plasticidad, con goles tras pases sin mirar aprovechados por la pivote Gassama , con algunas pérdidas prescindibles consecuencia de las prisas. También los palos, hasta tres en la primera parte, privaban a las locales de llevarse un mayor botín y la efectividad rival abría una pequeña brecha al descanso (15-12).

El acierto de cara a portería, poco a poco, se convertía en la clave del duelo. La danesa Louis Burgaard tardó menos de 20 segundos desde la reanudación en mandar un misil a la escuadra española. En el otro lado de la pista, la selección seguía encadenando maderas, asfixiadas las locales por la muralla que las separaba de la portería de Sandra Toft, la mejor defendida del campeonato hasta la fecha con las estadísticas en la mano. Se descomponía el combinado nacional y Prades aporreaba el botón rojo con enfado para pedir tiempo muerto y parar la aparatosa hemorragia. Un gélido viento soplaba en Granollers después de que las escandinavas, tras solo cinco minutos de la segunda parte, hubiesen aumentado la ventaja hasta los cinco goles.

Dinamarca jugaba con la ansiedad española y el partido agonizaba mientras Toft las sacaba hasta con la cara y se mostraba intratable defendiendo los siete metros. Solo Carmen Martín , que derrochó actitud por los cuatro costados pese a la adversidad del marcador, encontraba algún resquicio por el que filtrar lanzamientos desde las esquinas. Dos tantos de la andaluza y un trallazo de Carmen Campos dieron algo de aire a la selección, pero la defensa, algo dispersa y espaciada, daba alas a las nórdicas hacia el bronce tras 40 minutos disputados (28-20). Como darse contra un muro. Sin piedad ni nervios, Dinamarca agotó el cronómetro y cortó una sequía sin títulos desde que se hiceron con el oro en los Juegos de Atenas de 2004. A España solo le quedó aplaudir.