David Cal: «Me siento aliviado»

-¿Cómo está?-Aliviado. Después de haber hablado ya con la gente y de que se sepa por mí y de estos dos días... me siento aliviado, como si me hubiera quitado un peso tremendo de encima.

-¿Ya ha podido relajarse de todo el lío que se montó?-Estoy en ello. A mí también me cogió por sorpresa. Intenté hacer las cosas de una forma diferente. Tras tomar la decisión de dejarlo quise hablar primero con la gente que me había apoyado, se lo debía, pero al final fue así. Estuve un par de días muy agobiado. Quería dar bien los motivos.

-¿Cómo ha vivido el revuelo?-Todavía estoy un poco desorientado, pero ver la reacción de la gente me ha animado mucho. Se han portado muy bien conmigo, me han mostrado todo su apoyo y se lo tengo que agradecer.

-¿Se ha sentido abrumado por esos que le pedían que continuara?-Es un adiós que estaba muy pensado. Y por retirarme no me van a quitar las medallas, está claro. Pero es verdad que no me esperaba tanta repercusión, sino algo más tranquilo. Si todos los días tienes medios que te están siguiendo puedes estar acostumbrado, pero esto no me lo esperaba. Me quedo con el cariño, ha sido un placer trabajar y conseguir éxitos con gente que me apreciaba tanto.

-¿Qué le dijo la familia cuando les comunicó su decisión?-Fue un momento difícil. No sabía bien cómo iban a reaccionar. Pero la primera que habló fue mi madre, y me dijo que si yo estaba tomando esa decisión es porque lo había pensado mucho y que me iban a apoyar en todo lo que hiciera. Eso me relajó mucho.

-Se habló de una mala relación con Suso Morlán, su entrenador, que usted desmintió. ¿Cómo reaccionó él?-Fue uno de los primeros a los que les conté lo que me pasaba hace ya un tiempo, y me pidió que me tomara unos días más para pensármelo bien, que le diera más vueltas. Volví a sentarme una semana más tarde y me entendió completamente. Después de esa conversación fue cuando comencé a preparar cómo hablar con los demás.

-¿Tiene una fecha en la que su cabeza le dijo «hasta aquí»?-No fue un día concreto. Es una decisión que tomé en muchos días. Cada mañana me iba costando más salir a la canoa. Veía que estaba muy complicado, y además los resultados que quería no llegaban.

-¿Quizá había demasiada presión en que siguiera logrando éxitos?-Sí que había gente que me metía bastante presión, pero también lo hacía yo. Para conseguir una medalla si no eres ambicioso no llegas. Es lo que me ha faltado, esa motivación.

-¿Cómo es de duro vivir de cuatro años en cuatro años?-Es muy complicado, no se puede explicar muy bien si no lo vives desde dentro. Pero no es el motivo por el que lo dejo. Hay otros deportes que tienen mucha más repercusión mediática, que están más de actualidad y los que no tenemos ese tirón tenemos que sobrevivir como podemos. No quiero criticar a ningún deporte, es un debate que siempre está ahí.

-¿Ha llegado a cogerle manía a la piragua y a los remos?-Desde que tomé la decisión no, pero sí la tenía aparcada desde hacía algún tiempo. Aunque es el deporte al que me he dedicado toda la vida. Supongo que dentro de poco volveré a estar en el agua paseando. Hay buenos y malos momentos, y siempre he intentado pensar en positivo. Si no, hacía mucho que lo hubiera dejado.

-Después de tantos años vinculados a los Juegos Olímpicos, ¿cómo piensa que disfrutará o vivirá los de Río?-Seguro que me va a dar mucha envidia ver a mis competidores en la pista. Pero ya no es mi momento. Les toca disfrutar a ellos.

-¿Y ahora?-Tengo ganas de desconectar en casa con la familia y los amigos. No tengo claro el futuro, pero hay otra gente que viene por detrás a la que hay que dar oportunidades y ayudarle a conseguir más éxitos.