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Olivier Truc: «Por desgracia para los samis, Laponia es una región muy rica»

El corresponsal francés de «Le Monde» en los Países Bálticos publica su primera novela, «El último lapón»

Olivier Truc: «Por desgracia para los samis, Laponia es una región muy rica» Philippe Matsas Opale

elena jorreto

Bañada por el océano Ártico, una lengua de hielo invade cuatro estados. Es el hogar de los samis , los primeros pobladores escandinavos. Muchos no están registrados como tal, pues quieren pasar desapercibidos ante el racismo. Son unos 70.000 , de los que solo un diez por ciento vive todavía del pastoreo de renos. Guardianes de la tradición, se comunican con la naturaleza a través de un tambor y un chamán . Pero su origen primitivo les ha situado en el blanco de la ultraderecha, a pesar de la férrea defensa que Noruega esgrime de los indios americanos. ¿Qué pasaría si, además de arrebatarles su territorio pedazo a pedazo, les robasen su tambor sagrado? El periodista francés Olivier Truc aborda este conflicto identitario en «El último lapón» , un thriller sobre la supervivencia de un pueblo pese a la xenofobia.

Una línea divide el tambor sami en dos partes: el mundo de los vivos y el de las tinieblas. Truc elige el segundo, la tierra helada a la que llegó hace 20 años para cubrir las elecciones al parlamento sami sueco. Nada más llegar preguntó a una chica en qué consistía aquello. Ella le explicó que su familia tenía un conflicto muy antiguo porque sus renos pastaban en las tierras de unos ganaderos. Hoy es su esposa y viven en Estocolmo.

«Nada glamuroso», cuenta este hombre de ojos tan claros que pasaría por lapón. Podría, ya que la mayoría de los samis son periodistas, abogados, mecánicos… Donde sí se distinguen es en Kautokeino , el pueblo noruego de «El último lapón». Allí trabajan los policías de los renos Klement y Nina, encargados de velar por la tranquilidad de un páramo. Los únicos que provocan conflictos son los renos al cruzar lindes ajenas a su trashumancia. Hasta que alguien roba el único tambor sagrado que conservan y reabre la herida...

Raza inferior

Todo empezó en el siglo XVII, cuando los reinos escandinavos «colonizaron Laponia con campesinos» para acceder a sus recursos naturales, explica Truc. A finales del siglo XIX esos países aplicaron una política que consideraba a los samis «una raza inferior». Y esa herencia se conserva hoy.

El conflicto se recrudece cuando los escandinavos cruzan la otra línea roja de los samis: la naturaleza . «Ellos saben que deben dejar impoluto el lugar que abandonan, porque volverán», dice Truc. Pero sus vecinos no lo tienen tan claro, por eso amenazan Laponia con un proyecto minero que, según el autor, sembrará de residuos la región durante millones de años. El turismo también perturba la naturaleza, aunque los samis se esmeran en cuidarla. Y luego está el cambio climático , un asunto en el que los criadores de renos luchan «en primera línea».

«Desgraciadamente para los samis, Laponia es una región muy rica», concluye Truc. Tiene petróleo y gas, níquel, hierro, oro… Un patrimonio que desata la xenofobia de tres naciones a la vanguardia europea. Esta «paradoja de los Países Nórdicos» dará pie a la secuela de «El último lapón». La única pena de Truc es que, cada vez que escribe sus reportajes para «Le Monde», su periódico actual, «el índice de racismo se dispara» .

Olivier Truc: «Por desgracia para los samis, Laponia es una región muy rica»

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