ARTE
La serena grandeza de Los Bravú
Madrid
Diez años cumple este colectivo y lo celebra en la galería Yusto-Giner «dotando de forma pictórica a la poesía»
Madrid
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Iniciar sesiónLa primera gran obra de J. J. Winckelmann, considerado el creador de la Historia del Arte, fue 'Reflexiones sobre la imitación del arte griego en la pintura y la escultura' (1755). En sus páginas, el alemán auguraba la llegada de un arte que, ... ceñido a «una noble sencillez y una serena grandeza» propia de los antiguos, produciría una nueva edad de oro estética. Su teorización iba dirigida contra los gustos enfáticos del Barroco y del Rococó.
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Tal vez exista en la obra de Los Bravú, imbuida del carácter distintivo de los parámetros clásicos, una reacción frente al nihilismo de las prácticas artísticas de nuestro tiempo, donde lo que produce placer no es la belleza, sino lo nuevo y lo transgresor. Así ocurre, por ejemplo, en el trayecto jalonado por obras como la 'Fuente' de Duchamp o las latas de mierda de Manzoni.
La respuesta de este colectivo a este agónico pluralismo estético va más allá de una recuperación acrítica de temas e iconografías. Su propuesta es una audaz relectura de la contradictoria relación que ha existido, a lo largo de la Modernidad, entre lo Bello y lo Ideal. Sus obras remiten, más que a un gusto renacentista o neoclásico, a ese tiempo suspendido propio de las inquietantes composiciones de Balthus, o al discurso que subyace en 'Teorema', película donde Pasolini defiende la belleza en su fuerza sobrenatural.
Los Bravú celebran ahora una década de andadura conjunta con una muestra en la galería Yusto Giner. La intención que subyace en estos cuadros de madurez es, según ellos, «dar forma pictórica a la poesía». Así, recuperan una de las réplicas más célebres a la teorización de Winckelmann, la que ofreció G. E. Lessing en 1766 en su 'Laocoonte', al señalar la distancia entre el lenguaje de las artes del tiempo (la narración poética) y el propio de las artes del espacio (la representación visual).
Dea Gómez (1989) y Diego Omil (1988), integrantes de Los Bravú, despliegan su sabiduría técnica en unos acrílicos repletos de símbolos y protagonizados por personajes de gesto sosegado e introspectivo. La dimensión onírica y el artificio teatral son las herramientas con la que construyen un universo tan delicado como la porcelana china azul y blanca.
Exposición
Los Bravú
'La hora del gallo'. Galería Yusto Giner. C/ Barquillo, 25. Hasta el 15 de enero de 2023
Son conscientes de que la tesis de Lessing sobre las diferencias lingüísticas entre poesía y pintura es irrefutable. Por ello, indagan en un lugar distinto: el que une ambos medios en su intento de trascender, a través de la imaginación, la naturalidad y la transparencia del significado. El objetivo último de Los Bravú es brindar imágenes a lo inefable.
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