Crítica De:
'Sepulcro en Tarquinia', de Antonio Colinas: leerlo 50 años después
POESÍA
Reeditan el clásico del poeta leonés: una obra viva que destaca por su profundidad íntima, metafísica y estética
Otras críticas del autor
Antonio Colinas (La Bañeza, León, 1946)
Celebramos 50 años de un libro que continúa estando vivo, que se continúa leyendo, que se continúa estudiando y, sobre todo, que continúa emocionando a muchos lectores. Esa feliz unión de cultura, arte y vida, de sentimiento junto a imágenes de una fuerza irracional ... continúan fascinándonos como en la primera lectura. 'Sepulcro en Tarquinia' ha tenido ese destino de estar más allá del tiempo, de convertirse en uno de los textos llamados a ser clásicos de su generación.
Se puede decir que Colinas desplegó en él un culturalismo emocional frente al culturalismo parnasiano. Para él, a diferencia de algunos novísimos como Gimferrer, el modelo de poeta no era el Rubén Darío de 'Azul' o de 'Prosas profanas', sino aquellos poetas en los que se evidenciaba una ebullición del espíritu, la creación de un ámbito donde la cultura tenía que ver con la intimidad.
POESÍA
'Sepulcro en Tarquinia'
- Autor Antonio Colinas
- Editorial Siruela
- Año 2025
- Páginas 180
- Precio 18,95 euros
'Sepulcro en Tarquinia' es un libro de intimidades, de ciudades, obras, rastros de dioses, noches y astros, búsquedas de biografías ajenas, amores y muertes, que pasan a formar parte de la intimidad. Es un libro donde la mirada se intima y la voz que se crea (tan delicada y tan elegante, y a la vez tan irracional y poderosa de imágenes ) busca un lugar en los adentros.
En su transcendente aliento de belleza se pretende alcanzar una memoria que el tiempo no ha borrado, sea la de Simonetta Vespucchi, el instante en que brilla el lago de Trasimeno, un brazo de bronce, las ruinas de un castro, una memoria ( Colinas la ha llamado romanización) de vidas, de lugares y de símbolos que son a la vez biografía, cultura y un estado espiritual.
Tanto en las estilizadas atmósferas de los poemas de Italia, o en las frías y extremas tierras leonesas Colinasbusca sus raíces, intenta ver los signos de su identidad, acude al arte, al amor, coge la ruta de los rebaños, contempla las estrellas y lee en las piedras los rasgos de su rostro, la posición del hombre frente a la historia y frente al misterio.
La belleza que recorre el libro la leemos hoy como un desafío a encontrar las huellas de las sacralidades
50 años después no podemos leer 'Sepulcro en Tarquinia' como se leyó en 1975. Entonces pesó demasiado sobre este libro la moda estética de aquel momento. No se tuvieron suficientemente en cuenta su dimensión metafísica, su carácter contemplativo, sus intentos de epifanía frente a la melancolía moderna, sus anhelos por rescatar un lugar de pertenencia que era a la vez un lugar fundacional.
Allí estaba la escritura poliédrica de ese largo poema que da título al libro, uno de los más altos y logrados de la poesía contemporánea en español, un poema descentrado y abierto que aspiraba a revelar lo incompleto, los fragmentos de una experiencia. Cuando escribía «tú me entregaste lo desconocido» no solo estaba definiendo la esencia de una relación amorosa, sino la esencia de la escritura misma, esa que le ha llevado en todas estas décadas a buscar esa «segunda realidad».
Porque hoy podemos decir que, en 'Sepulcro en Tarquinia', la belleza que recorre el libro la leemos como una moral, el acercamiento a lo telúrico como un desafío a encontrar las huellas de las sacralidades y una posición en el mundo, la escritura misma como un territorio de excepción que no debe ser tanto leído como habitado.
La edición del libro, tan bella, permite habitarlo y disfrutarlo, tanto como las palabras, las guías de lectura que nos ofrecen Isabella Tomassetti y Vicenç Beltran. Colinas era hace 50 años un poeta en su tiempo, un poeta que se acercaba a lo clásico como gran parte de su generación en el contexto internacional, viendo lo clásico, al decir de Anne Carson, no como algo inmutable sino como una fuerza activa que está en nuestras contemplaciones diarias. Es así como debemos leer la grandeza de 'Sepulcro en Tarquinia' y de otras obras de la generación de los 70, relacionándolas con ese impulso hacia la cultura y lo clásico que encontramos en algunos poetas de otras lenguas, esos que marcan la poesía de finales del siglo XX y principios del XXI . Todo entonces cobra otro sentido.