A LA CONTRA
La 'Residencia' y sus insólitas raíces
La institución, vivero de la Edad de Plata, se reflejó muchísimo en el Colegio de Bolonia
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A propuesta del ministro Ernest Urtasun, se aprobaba estos días en Consejo de Ministros declarar el edificio de la Residencia de Estudiantes, en Madrid, como BIC (Bien de Interés Cultural). Que personalidades como García Lorca, Buñuel, Unamuno, Valle-Inclán, Ramón y Cajal o Dalí, ... entre otros, fueran residentes, o que por allí desfilasen, como invitados o como conferenciantes, intelectuales de la talla de Severo Ochoa, Marie Curie, Le Corbusier o Einstein, lo convierten en reconocido (y reivindicado) centro de encuentro de intelectuales y artistas en la primera mitad del siglo pasado.
Constituida como institución ajena a todo interés de cualquier «comunidad religiosa, escuela filosófica o partido político», resulta admirable su espíritu libre e independiente.
Se destaca que fuese fundada siguiendo los modelos de renovación pedagógica y cultural de la Institución Libre de Enseñanza. Pero si hay una institución que fue determinante para su nacimiento, en 1910, y antes para los planteamientos fundacionales de la propia Institución Libre de Enseñanza, esa es el Real Colegio de San Clemente de los Españoles, en Bolonia. Precisamente, Francisco Giner de los Ríos tuvo muy presente el ejemplo del Real Colegio siempre. No es casualidad que, tras la estancia como colegial allí de su hermano Hermenegildo, incluyese en su minucioso plan formacional para su ahijado y sucesor, Manuel Bartolomé Cossío, una residencia en el mismo.
Y sin esas estancias en Bolonia de unos y otros, entre los muros de una institución singular como es el Real Colegio de San Clemente, ya en aquel momento único vestigio medieval de la organización universitaria tradicional española, es inimaginable que hubiesen tenido oportunidad de conocer la obra de Josué Carducci, profesor en la Universidad de Bolonia, entusiasta del progreso científico y la naturaleza, y de su trabajo en pedagogía, y la dimensión de esta respecto del sistema político.
No deja de ser curioso que se obvie la influencia del Real Colegio de San Clemente de los Españoles, único en su género que pervive en la Europa continental
Un trabajo este que sería determinante y de indiscutible influencia para la creación de la Institución Libre de Enseñanza, como lo sería la idea de la instrucción pública, que eran las formulaciones de innovación pedagógica que se estaban cultivando en Italia por entonces y que Giner de los Ríos (y Cossío más tarde) importan.
De hecho, el propio Giner de los Ríos, en su ‘Educación y Enseñanza’ (1889), destaca cómo Joaquín Costa reclamaba ya, a finales del XIX, la fundación de «colegios españoles, al estilo del de Bolonia» en las principales ciudades de interés científico en Europa para conseguir «una generación de hombres imbuídos en el pensamiento y en las prácticas de las naciones próceres para la investigación científica, para la administración pública y para la enseñanza».
No deja de ser curioso que se obvie siempre la influencia del Real Colegio de San Clemente de los Españoles, único en su género que pervive hoy en la Europa continental con las características colegiales de entonces, en muchas de las actuales: los estatutos primeros de la Universidad de Alcalá de Henares, por ejemplo, se basaron en los estatutos del Colegio (Nebrija y Ginés de Sepúlveda fueron colegiales). Volviendo a la Residencia de Estudiantes, en 1927 se crea la Corporación de antiguos estudiantes, a semejanza (denominación incluida) de la Corporación de antiguos estudiantes del Real Colegio de San Clemente, creada en 1895 por Romanones.
No debería sorprender si tenemos en cuenta que la institución, indubitadamente privada, defiende y promulga el mérito, la excelencia y la tradición. Reconocer abiertamente su profunda influencia en la vida de figuras esenciales en la Segunda República podría hacer estallar cabezas. Intuyo.
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