Paloma Navares y Boris Savelev, dos formas de mirar en PHotoEspaña

'Luz de intuición' es la propuesta que Paloma Navares (Burgos, 1947) presenta en una de las dos salas del Pabellón Villanueva en el Real Jardín Botánico, recogiendo una amplia selección de obras pertenecientes a diversos momentos de su trayectoria artística, que a su vez se formalizan mediante diferentes medios expresivos, como la foto, las instalaciones, los objetos y el vídeo.

No hay duda de que Navares es una figura de referencia –y, sobre todo, pionera– en cuanto al tratamiento y reflexión de la perspectiva de género en España. Quizás sea precisamente esa cualidad de adelantada a su tiempo lo que mejor defina y evalúe su trabajo, siempre enfocado en representar de distintas maneras la esfera de lo femenino, aunque asimismo considero que su producción ha perdido intensidad y vigencia con el paso del tiempo.

La muestra, que por cierto ha sido co-comisariada por la propia artista –algo que no me parece para nada adecuado ni objetivo–, se divide en tres espacios formales y conceptuales. Para empezar, vemos intervenciones de obras artísticas clásicas en las que, bajo una lente de género, ofrece nuevas lecturas. Son seguramente sus trabajos más representativos. En segundo lugar, centra su objetivo en la Naturaleza como madre y mujer. Los resultados no acaban de convencerme, excepto las piezas más mínimas (excelente la dedicada a Virginia Woolf). Y una última sección en la que por medio de su creación 'Milenia', una suerte de ser femenino posthumano, medio mujer, medio cyborg, reflexiona sobre un posible modelo genérico nuevo.

El proyecto expositivo de Boris Savelev -confieso que conocía poco su obra- ha supuesto para mí una grata sorpresa. El galardón otorgado por el festival premia toda una trayectoria al servicio de la foto contemporánea. 'Viewfinder-Una forma de mirar', en Serrería Belga, supone la retrospectiva más extensa sobre este autor nacido en Ucrania que actualmente vive en nuestro país, abarcando cerca de un centenar de fotos realizadas durante seis décadas, desde el comienzo de su carrera en la desaparecida URSS hasta nuestros días.

El principal caladero iconográfico donde Savelev ha venido capturando sus fotos se encuentra en las distintas ciudades en las que ha transcurrido su vida, comenzando por su población de origen, Chernivtsi, y continuando por otros enclaves urbanos como Moscú, San Petersburgo, Nueva York, Londres, Madrid o Vigo, su actual residencia. Como declara Adam Lowe, comisario del proyecto, «ciertas ciudades se han convertido en elementos fundamentales en su búsqueda por revelar la fragilidad del tejido urbano».

Son imágenes que recogen escenas cotidianas, que bien podemos considerar que encajan plenamente dentro de los presupuestos de la Street Photography, pero que a su vez sabe capturar a través de una personal y peculiar manera de mirar, tal como señala el título de su muestra.

Aunque los primeros trabajos se encuentran todavía dentro del rigor del blanco y negro, lo cierto es que los diversos registros cromáticos, oscuros, sutiles, que consigue posteriormente pueden considerarse seguramente su principal aportación al medio fotográfico.