Radiografía del 'nuevo malestar en la cultura' en tiempos inciertos

Moderados por Laura Revuelta, redactora jefe del suplemento, participaron los escritores y filósofos Diego S. Garrocho y Elizabeth Duval —sus recientes libros son, respectivamente, 'El último verano' (Debate) y 'Melancolía' (Temas de Hoy)—, y el también escritor e investigador del CSIC Javier Moscoso, quien, entre otros trabajos, ha publicado 'Historia cultural del dolor' (Taurus), un tema en primera línea en esta mesa redonda.

Todos recordaron el título clásico de Sigmund Freud, 'El malestar en la cultura', aunque matizó Moscoso: «Esta obra es una genealogía del sentimiento de culpa, explica cómo muchas personas se encuentran mal y no lo saben. Ahora son numerosas las que dicen que están mal pero no les pasa nada, hay una sobreabundancia del discurso victimizante, de señalar a otros como culpables de lo que me ocurre».

Por su parte, Elizabeth Duval estableció la diferencia entre malestares no culturales, como el de la crisis económica de 2008 o la pandemia. «Hoy van apareciendo espacios de debate que pueden convertirse en una práctica de riesgo», dijo. Diego S. Garrocho remarcó la relación consustancial entre malestar y cultura, en cuanto «podemos entender que la cultura es la intervención que el animal humano hace sobre la naturaleza para completarla. Desde Platón se piensa que la función de las expresiones humanas más nobles buscan resarcirnos de ese malestar. Ya en la tragedia griega con la contemplación de lo terrible, del sufrimiento, se generaba una purificación».

Las redes sociales surgieron en el debate. Para Javier Moscoso, estas siempre han existido—naturalmente no como tecnología—, pues baste pensar en la novela 'Las amistades peligrosas', de Pierre Choderlos de Laclos. Diego S. Garrocho se refirió a que han posibilitado nuevas experiencias del malestar y citó un estudio que demostraba que el repunte de la tasa de suicidios desde 2010 estaba en conexión con el consumo de las redes sociales, «se da una correlación, aunque eso no signifique una causalidad», aclaró, y Elizabeth Duval afirmó que ahora se produce una gran cantidad de estímulos tecnológicos, y confesó que cuando ella empezó a familiarizarse desde muy pequeña con internet, este era «más asilvestrado».

Estas y otras cuestiones tratadas abrieron sugerentes vías de reflexión para comprender mejor el presente y el mañana; ese 'malestar' que, sentenció Garrocho, es «un eufemismo del dolor» y para el cual la cultura va en una doble dirección: «Puede ser una terapia y también un desafío que nos inocula inquietud y malestar para que luego sepamos lidiar con el malestar de la vida. No existe ningún ser humano que no haya estado mal alguna vez, me atrevería a decir, rematadamente mal».