Crítica De:
'Morir en la arena', de Leonardo Padura: Cuba, crónica de una derrota
Narrativa
El autor cubano ha escrito su libro más valiente, y desesperanzado sobre un país moribundo, donde arriban solo deshechos, y al que solo el miedo puede sostener la esclavitud resignada
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Iniciar sesiónLeonardo Padura ha escrito su libro más valiente, y desesperanzado. Esta crónica de una Cuba moribunda, donde arriban solo deshechos, pecios vitales de una generación derrotada, a la que solo el miedo puede sostener la esclavitud resignada.
Si no fuera porque ya lo hizo ... hace cuarenta años, y desde el exilio, Guillermo Cabrera Infante, esta novela de Padura podría haberse titulado 'responso por una Habana difunta'.
NOVELA
'Morir en la arena'
- Autor Leonardo Padura
- Editorial Tusquets
- Año 2025
- Páginas 382
- Precio 22,90 euros
Lo primero que me asalta como crítico es que quizá el miedo del que se siente liberado el novelista ficticio tras el que se esconde el propio Padura, autor como él de novelas detectivescas, pueda explicar que se haya arriesgado tanto, pues no hay denuncia más agraz y directa que pueda hacerse de la gran mentira de una revolución que ha traído pobreza a casi todos y riqueza a la oligarquía comunista en el poder.
Es tanta la desfachatez de ese contraste, que ya no tiene necesidad de ser censurado de modo indirecto. Quizá lo más triste de esta novela ocurra en que pese a ella, no pasara nada, ya ni siquiera importan las verdades que unos escritores pueda lanzar al mundo. Sobre todo, si son lanzadas sin esperanza de liberación alguna. Es una liberación que ya no se espera. Cuando llegue, si alguna vez llega, nadie de los que la han sufrido vivirá para contarla. Por eso Padura se ha prestado a contarlo, en el friso de sus setenta años.
Lo que me ha parecido más notable es que toda miseria es narrada poniendo a salvo la dignidad de quienes la sufren
Lo más triste de esta novela es que todos sus protagonistas son viejos, pecios de un naufragio social y afectivo, cuyo único futuro será morir en la arena. Sus dos novelas anteriores ya habían dado pasos muy firmes en la denuncia de la falsa revolución. 'Como polvo en el viento' había sido la más radical novela del exilio cubano de toda la generación de quienes habían recibido, incluso con alborozo y esperanza, una revolución que ha devenido la más atroz dictadura posible.
Incluso la última novela de la serie de Mario Conde, 'Personas decentes' había incidido en igual denuncia del corrupto aparato policial del régimen. Debe advertir el lector la importancia que tiene la nota epilogal sobre que lo contado aquí es verdadero, incluso el parricidio que es eje externo de la trama. Están modificados quizá los nombres, pero no la historias. Junto a poder leer esta novela como una crónica social verdadera están las dos líneas de fuerza que sostienen su trama.
Por un lado, es una hermosa historia de amor de dos viejos, Nora y Rodolfo, que se aman desde adolescentes, y que han vivido una vida sin decírselo. Ese amor en los tiempos del cólera, es una historia con igual sabor a almendras amargas de aquella otra también caribeña. El amor es fuerza elemental, quizá la única tabla de salvación que tiene esos viejos que la Historia ha arrumbado al límite de la indigencia más absoluta. No puede dejar de decirse cuánto estilo de buena escritura se desliza en detalles vitales y de realismo cotidiano, con esa riqueza del español caribeño, que Padura modula si afectación, un realismo piadoso incluso para con la decrepitud que cuenta.
Exilios de jóvenes
Lo que me ha parecido más notable de esta novela es que toda miseria es narrada poniendo a salvo la dignidad de quienes la sufren. Quizá ya solo en la novela puedan vivir con dignidad las gentes que la pueblan. Eso cumple, según creo, un designado de justicia nunca mejor llamada poética. En el terreno de la dimensión humana Nora es la figura más sobresaliente y en contraste con las dos exiliadas, Violeta y su sobrina Aitana, que huyeron a tiempo y han edificado vida propia en Florida y España.
Junto a la línea de fuerza de esas historias familiares de exilios de jóvenes y permanencias de viejos, el otro ingrediente es la tragedia del Geni, que mata con ocho martillazos en la cabeza a su propio padre. Es una tragedia griega, cuyo motivo final se lleva el asesino a la tumba. Teniendo tal tragedia mucho peso (incluso creo que en algún momento excesivo) no me parece lo fundamental que quiere contarse. Actúa tal tragedia como fondo de la crónica de la derrota social, y sobre todo espiritual de los cubanos todos. En esta crónica y responso de muerte ha ido tan lejos Padura, liberado de miedos, que hace imposible mirar hacia otro lado.
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