ARTE
Miquel Navarro, reparadoramente perturbador
málaga
La muestra que repasa cuatro décadas de la producción de Miquel Navarro en el CACMálaga acierta al obviar al autor más reconocible, al escultor, y centrarse en el resto de sus intereses
Málaga
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Iniciar sesiónCasi cuatro décadas de creación de Miquel Navarro (Mislata, Valencia, 1945) son revisadas en esta exposición a través de 34 obras, fechadas entre 1984 y 2022. Siendo valiosa esa amplitud cronológica, que permite recorrer con rigor su producción, no debe obviarse que hay un ... intento por exceder al Navarro más reconocible, al que ha hecho de la escultura su disciplina nuclear, y ofrecernos también al dibujante y al pintor, así como el modo en el que estos otros medios se relacionan con la escultura y se incardinan en el proceso creativo.
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En el título de la muestra concurren dos conceptos esenciales en la poética del artista valenciano. De un lado, el sueño, que remite al Surrealismo y que percibimos, además de en influencias capitales como puedan ser las de Julio González o Alberto Giacometti, en el ejercicio de poetización de la realidad, alcanzando registros como lo metafísico.
Por otro, el dominio, entendido como poder, como la manifestación de este. La arquitectura se muestra como un campo propicio para la expresión del poder. Si el arte ha estado secularmente expuesto a ser instrumentalizado, la arquitectura, por su 'puesta en escena' y monumentalidad, ha simbolizado directamente al poder.
Sostenido diálogo con lo arquitectónico
La escultura de Navarro, precisamente en su ejercicio de reformulación de esta, se basa en un sostenido diálogo con lo arquitectónico y con lo urbanístico, tanto en sus proyectos expositivos, especialmente sus archiconocidas ciudades, como en sus monumentos públicos; precisamente, Málaga cuenta con 'Palera', una monumental escultura que dialoga con las chimeneas de aquella ciudad industrial decimonónica.
En 1929, Georges Bataille, cabeza del Surrealismo disidente, publicaba en el diccionario crítico de la revista 'Documents' la entrada 'Arquitectura'. Este aseveraba: «La arquitectura es la expresión misma del ser de las sociedades […] solamente el ser ideal de la sociedad, el que ordena y prohíbe con autoridad, se expresa en las composiciones arquitectónicas propiamente dichas, de esta manera, los grandes monumentos se elevan como diques, oponiendo la lógica de la majestad y de la autoridad a todos los elementos turbios; es bajo la forma de catedrales y palacios que la Iglesia o el Estado se dirigen e imponen el silencio a las multitudes». Casi un siglo después, esta definición tiene vigencia, y es el poder económico el que se impone en centros administrativos con grandes moles arquitectónicas cuando no elevados rascacielos.
Las ciudades de Navarro, con sus cientos de elementos geométricos de diversos tamaños y materiales, no sólo son una traducción de las urbes como organismos en proceso, en los que se acumulan las representaciones y huellas de distintos tiempos en superficie. También pueden hacernos vislumbrar las tensiones en torno al poder y su manifestación. Indica Nicolas Bourriaud en 'Radicante' (2009) que «cada megalópolis concentra las características de la economía-mundo: las verdaderas fronteras son de ahí en adelante internas y operan sutiles segregaciones entre clases sociales y etnias dentro de la urbe misma». Esas fronteras, esa sectorización, se aprecian de un modo tan nítido como poético en sus conglomerados urbanos.
Pero frente a esas ciudades, algunas fascinantes y cautivadoras, en las que la escultura deviene instalación y se profundiza en principios del quehacer surreal de Giacometti (supresión del pedestal y apuesta por lo horizontal), aborda también el paisaje y el territorio más cercano, como en la prodigiosa 'Marjal', que vacila entre la instalación y una composición pictórica abstracto-geométrica en horizontal.
Una sensación ambigua
El conjunto de obras puede generar una sensación ambigua, no en cuanto a calidad de las mismas o a la coherencia de la selección, sino que algunas de las respuestas más poderosas que despierta resultan absolutamente contrarias y, por fortuna, complementarias. Muchas de sus piezas reportan un sentimiento de reconciliación, tal vez porque sus ciudades evocan el juego y ciertos estadios de desarrollo y comprensión del mundo que relacionamos con la infancia.
Pero, del mismo modo, cierto carácter perturbador, que puede ser vinculado con la enunciación de estribaciones de 'lo surreal' (iconografía del objeto desagradable, la genitalidad, lo lúdico o la violencia), se desliza en algunas de sus esculturas, incluso en algunas de esas 'reparadoras' ciudades que, superada esa inicial sensación de plenitud, asombro y descubrimiento, se abren a una lectura crítica como comentábamos más arriba.
Exposición
Miquel Navarro
'Dominio y sueño'. CACMálaga. Málaga. C/ Alemania, s/n. Comisario: Fernando Francés. Https://www.cacmalaga.eu/. Hasta el 5 de marzo
El universo de Navarro asume la cualidad absorbente de lo posmoderno, cuando, en los setenta y ochenta, se comenzó a cimentar. Esto es, la asunción, sin prejuicios, de la Historia del Arte como un inmenso yacimiento del que extraer soluciones y formas. O dicho de otro modo, el diálogo con numerosos artistas y periodos. La muestra, afortunadamente, lo evidencia, así como el dominio de la escultura en metal y el eco antropomórfico que resuena en ella.
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