fotografía
Meisel: Nostalgia de una moda pasada
La Coruña
La Coruña vuelve a apostar por la foto de moda posando su mirada ahora en el glamur noventero de Steven Meisel
José María Paz Gago
La Coruña
La Coruña se consolida como capital mundial de la fotografía artística de moda, gracias a las iniciativas de la MOP Foundation, presidida por Marta Ortega, o de la Fundación Barrié de la Maza, dirigida por Carmen Arias. Esta última abría ... la tendencia con una gran retrospectiva de Sir Norman Parkinson en 2019, a la que seguiría la magna exposición dedicada a Peter Lindbergh en diciembre de 2021, bajo los auspicios de la heredera del imperio Inditex, que ahora inaugura la muestra sobre el enigmático Steven Meisel, en torno al año 1993.
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Si para Coco Chanel la moda es lo que pasa, la retrospectiva de Meisel centrada en su temporada más prolífica, plasma visualmente una época de la historia de la moda ya felizmente periclitada. La era de aquel 'star system fashion' en el que reinaban las 'top model' galácticas y los diseñadores estelares, un firmamento que Meisel, entre otros, contribuyó a configurar desde portadas de revistas como 'Vogue Italia'.
En la prehistoria de la fotografía de moda, Baudelaire declaraba que encontraba la moral y la estética de la época en las ilustraciones de la revistas femeninas decimonónicas. Es exactamente lo que nos revelan las instantáneas del Meisel, quizás porque el neoyorkino empezó su carrera como ilustrador: la obsesión por los cuerpos perfectos y la belleza superlativa, la erotización de las y los modelos convertidas en inalcanzables objetos de deseo, una corporalidad ambigua, jugando con esas fronteras entre los sexos y los géneros que hoy parecen haber saltado por los aires.
Todos son prescriptores
El ocaso de aquel mundo de belleza sofisticada y de seres tan perfectos como inalcanzables se produjo en el nuevo siglo debido a las sucesivas crisis económicas, al triunfo de la diversidad inclusiva y a la eclosión de las redes sociales que democratizaron el sistema de la moda, popularizándolo. Si la moda había sido un cuento de hadas glamurosas que alzaban el vuelo entre la exclusividad de las élites, el fenómeno de las 'influencers' y 'fashiongrammers' permite a cualquiera convertirse en prescriptores y modelos de unas pasarelas cotidianas, la calle y la vida misma.
'Steven Meisel. 1993. A year in Photographs' representa aquel estado de las cosas y las modas pasadas, obviando la futura evolución del artista con coincidencias no tan casuales: un cuarto de siglo más tarde, en 2017, el neoyorquino lanzaba su primera campaña para Zara. El fotógrafo de las estrellas bajaba a la tierra y disparaba su cámara para un emblema de la denostada 'fast fashion'. La misma temporada que realizaba campañas para Moschino o Max Mara, Meisel metamorfoseaba la marca cabecera de Inditex, la moda de gran consumo por excelencia, para darle la apariencia estética de la alta costura.
Ya antes, en 2011, se había apeado de su peana glamurosa para fotografiar a una modelo de talla grande, Candice Huffine, para una portada de 'Vogue Italia'. Fotografías inclusivas que, para sorpresa de propios y extraños, pasarán al Calendario Pirelli de 2015.
Heredero de los grandes fotógrafos de Vogue, Irving Penn y Helmut Newton, especialmente en la erotización de la moda de este último, Meisel lleva esa sexualización a un límite incansablemente infringido según los códigos de lo que hoy llamaríamos género fluido. El aspecto masculino de su musa esencial, Linda Evangelista, con un atrevido corte 'garçonne' y actitudes marcadamente varoniles, o los bellos muchachos revestidos con prendas y posturas femeninas forman parte de ese juego de ambigüedades e identidades tan característico de su obra.
La pericia técnica del artista neoyorkino en sus fascinantes fotografías de moda estriba en la perfección de las líneas compositivas, que atraen la mirada seducida del espectador hacia la o el modelo, casi siempre con mayor intensidad que hacia la prenda de tal o cual creador. Esa mirada del observador queda atrapada en los ojos de Michele Hicks, que sostiene un cigarrillo en su mano, desafiante; de Carla Bruni, sensual; o de Lucy Ferry, con pitillo en la boca, mucho más cómplice y empática.
Transgresor, el fotógrafo es un perfeccionista en la composición y un provocador en el mensaje. No le preocupa el escenario sofisticado, como a Parkinson, ni lo que transmite la modelo de su interior, como a Lindbergh. La obsesión de Meisel es la posición del cuerpo en su entorno interior o exterior, arquitectónico o natural. La composición se construye en conjunción con las líneas de una calle por la que transita Honor Fraser, de un edificio ante el que posan distraídas Stella Tenant y Plum Sykes, de un chester con una Loulou de la Falaise sensualmente recostada o de una bañera en la que Linda Evangelista apenas sobresale de entre la espuma para mostrarnos sus altas botas y su sombrero.
Fotografía
Steven Meisel
'1993. Un año en fotografías'. Fundación Marta Ortega Pérez. La Coruña. Muelle de la Batería. Hasta el 1 de mayo de 2023
Cada postura, cada gesto están estudiados milimétricamente y de ahí surge la genialidad fotogénica de sus propuestas, que pueden contemplarse, hasta el mes de mayo del próximo año, en unos antiguos muelles reconvertidos en metálicos espejos que nos devuelven la imagen de una moda pasada, la moda de los años noventa.
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