LIBROS
No hay Magallanes sin Juan Sebastián Elcano
¿Cuál es la verdad de la historia entre Magallanes y Elcano? Isabel Soler y Felipe Fernández-Armesto abordan en sendos trabajos sus vidas y sus hazañas
Expedición de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, en la primera circunnavegación de la Tierra
En el más allá, el portugués naturalizado castellano Fernando de Magallanes todavía debe estar preguntándose en nombre de qué destino fatal se metió donde no debía y perdió la vida. ¿En qué punto de la existencia la temeridad humana se convierte en imprudencia? ¿ ... Fue esta necesaria, incluso imprescindible, como desgrana con precisión magistral y exhaustivo análisis de las fuentes Isabel Soler, en su formidable última monografía, 'Magallanes y compañía'? Visto desde hoy, el mayor reto constituye en entender esa mentalidad que poseyó y compartió con quien, sin haberlo planeado jamás, convirtió su proyecto, llegar a las Indias por la ruta del oeste, en la primera circunnavegación de la tierra. Pues el que llegó a las islas de la especiería y retornó a Europa para contarlo, no fue él, sino el guipuzcoano y español Juan Sebastián Elcano. Al que no se han dedicado durante estos años de celebraciones, como sí ha acontecido con Magallanes, redes de ciudades, universidades emergentes o estudios sobre fronteras.
Jefe despótico
¿Cuál es la verdad de esta historia? Para el que quiera verla, no hay Magallanes sin Elcano. Es preciso recordarlo. Jamás fue, en cambio, materia de debate que Elcano estuvo largo tiempo a la sombra de Magallanes, jefe despótico, capitán implacable y fracasado colosal. El carácter de Magallanes, capitán general de aquella Armada, lo condujo a una muerte ignominiosa y a un desastre en toda regla. Como señala con perspicacia Soler, en su extraordinario repaso de 17 capítulos a Magallanes y sus compañías, malas o buenas, sin celebraciones.
Ensayo
'Magallanes & Co'
- Autor Isabel Soler.
- Editorial Acantilado.
- Páginas 488 páginas.
- Precio 26 euros.
No lejos de él, en el cielo de los navegantes, debe hallarse el marino de Guetaria Juan Sebastián Elcano, con el que se llevó tan mal. ¿Podía ser de otra manera, en una atmósfera en la cual con cada decisión «se lidiaba con la muerte»? Seguro que ambos reflexionaron sobre el impulso de una mentalidad irrefrenable, que los llevó a retornar a las costas de nunca jamás. Para Magallanes, fueron las del Índico, que conocía tan bien; para Elcano, las del Pacífico, que no le asustaron lo suficiente para que descartara retornar a morir en ellas.
Señala Felipe Fernández-Armesto en su magistral volumen, 'Estrechos', existía un modelo de heroísmo del riesgo, una aristocracia de gentes del mar que aceptaba la «inconstancia de la fortuna». En el caso de Magallanes, la necesidad, que explica Soler de manera irrebatible, era la de llegar donde correspondía, a la especiería, bajo un modelo épico, el colombino, entre providencialista y utilitario. Servían a Dios mientras «se hacían señores». En el caso de Elcano, un marino sin hagiógrafo, menos documentado que Magallanes, a cuya memoria sirvió el rencoroso Antonio de Pigafetta, lo que sobresale, como ha mencionado Salvador Bernabéu, es «la hazaña de la incertidumbre».
Ensayo
Straits. Beyond the Myth of Magellan
- Autor Felipe Hernández-Armesto.
- Editorial Univ. of California.
- Páginas 361 páginas.
- Precio 23 euros.
¿Qué necesidad tenía de jugarse la vida tras haber retornado y recibir del emperador Carlos V ese bonito escudo de armas con un globo terráqueo y la leyenda 'Primus circumdedisti me, 'Fuiste el primero que me dio la vuelta'?¿Cuál fue la causa de que, tras sobrevivir a una exploración oceánica con un 90 % de bajas entre ejecutados, desertores, enfermos, abandonados en playas y fallecidos de escorbuto, o heridas de combate, involucrara en la siguiente expedición al Pacífico a sus dos hermanos Martín y Ochoa y hasta a su cuñado Sebastián, con lo que dejó viuda a su pobre hermana y destruyó su familia, pues los cuatro murieron en el viaje mandado por García Jofre de Loaisa en 1526?
Inabarcable
De las aguas negras del Pacífico entonces no se regresaba y, todavía hoy, en su inabarcable inmensidad, que Fernández-Armesto piadosamente encuentra previsible en vientos y corrientes, es capaz de tragarse aviones, de los que ya no sabemos nunca más. En su obra, 'Más allá del mito de Magallanes', resuenan con contundencia y magisterio las razones de la historia global que, lejos de reducir la épica del etnocentrismo europeo, reconstruye con delicadeza y extrema prudencia los contextos contemporáneos. El título del primer capítulo, 'El globo alrededor de Magallanes', resume el método y prepara al lector para sucesivos epígrafes. Los acontecimientos de la primera circunnavegación transcurrieron mediada la «pequeña edad del hielo», entre 1450 y 1700, de modo que ciertas condiciones extremas -la invernada en América del Sur- estuvieron condicionadas por ella. La muerte y la enfermedad eran tan familiares como la vida misma.
Lo que conocemos como «expansión europea», fue parte de un movimiento de interacción global simultáneo en el tiempo. En los años de la primera circunnavegación, entre 1519 y 1522, los otomanos se apoderaron de Egipto y, en el suroriente africano, el imperio de Mwene Mutapa integró la región del río Zambeze. La ventaja inicial europea, si existió, fue también un resultado de la pobreza y la desesperación, pues estas favorecieron el capital-riesgo, la financiación de empresas marítimas a muy larga distancia, como en efecto asumieron, con decidido protagonismo capitalista, los banqueros de Burgos y Sevilla.
Aunque los números de la expedición cuadren y haya un mínimo beneficio económico, al final, recuerda Fernández-Armesto, el precio de atravesar el Atlántico y el Pacífico solo se transforma en lo que hoy llamamos una innovación disruptiva, durante la década de 1560. Cuando el tornaviaje, el regreso de Manila a Acapulco, con la Nao de China, refleje «la lenta acumulación de información y experiencia». Entre Magallanes y Elcano nació un mundo interconectado.