Josep M. Fradera, no hay cabeza sin corazón

Valor tuvo también el leridano Pedro Claver, santo católico desde 1888, quien bautizaba, sin preguntar, a los africanos que llegaban a Cartagena de Indias para convertirlos en sujetos de derecho en la monarquía española, al reconocer la existencia de su alma humana. Decían de él sus enemigos que era «mediocre de ingenio» y de «prudencia exigua». Esto último, no cabe dudarlo.

ENSAYO

'Antes del antiimperialismo'

• Autor Josep M. Fradera
• Editorial Anagrama
• Año 2022
• Páginas 498
• Precio 21,90 euros

Con la mirada inicial colocada dos siglos después, a partir del turbio y contradictorio siglo de las luces, tan lleno de palabras bonitas y tan parco en hechos de verdadera compasión, el gran historiador especialista en imperios Josep M. Fradera propone una reconstrucción de las grandes ideas y los combates que fundaron, en la esfera secular, un humanitarismo efectivo.

Obra ganadora del premio Anagrama de ensayo, en su edición número cincuenta, ‘Antes del imperialismo’ constituye una lectura abierta, contundente y fascinante. Se puede interpretar como una reivindicación del papel fundacional del siglo XIX en la producción de las ideas políticas modernas.

También es un consistente repaso de la sociabilidad crítica que acompañó el despliegue formidable de los imperios industriales y, en primer lugar, del británico, con sus circunloquios victorianos, al tiempo moralistas y asesinos. En el contexto de una posmodernidad fetichista y vandálica, como la que padecemos, insensible a todo lo que no sea autopercepción y ensimismamiento pseudoprogresista, la aportación de Fradera recuerda los mimbres de la verdadera historia. Compleja, interpretable, enriquecedora.

Según expone con toda claridad, su objeto de estudio era la crítica a los imperios antes de la emergencia del antiimperialismo «formalmente argumentado». Es decir, entre ambas guerras mundiales, así como en la etapa posterior.

Liquidados los imperios europeos, fue en la conferencia de Bandung, en 1955, cuando surgió el movimiento de los países ‘No alineados’ y líderes como el yugoslavo Tito, el indio Nehru y el egipcio Nasser pretendieron equidistancias de ambas potencias, a veces reales, otras ficticias. En la medida en que los seis capítulos abordan el abolicionismo antiesclavista, la invención de la humanidad, los límites de la emancipación, la crítica económica de los imperios y su racionalidad, el imperativo moral del antiracismo o la solidaridad organizada, el debate de las ideas implica, nunca mejor dicho, una lectura abierta. No es uno de los menores méritos de este libro su poderío narrativo.

Se trata de un ensayo que lo constituye realmente y así recupera un contrato con el lector que le otorga dignidad. El elemento historiográfico reside en el carácter problemático, limitado, de aquello que expone. Más allá de su posibilidad de convencimiento, la relación efectuada por el autor de «estados de conciencia y repudio» con posiciones políticas ideales apunta, en sus palabras, a «una realización problemática».

Afortunadamente. Porque somos imperfectos.