palabras contadas
El límite de la crítica
Uno de los asuntos más relevantes del año en la cultura será la reelección o el posible relevo de Manuel Borja-Villel como director del Museo Reina Sofía
Uno de los asuntos más relevantes del año en la cultura será la reelección o el posible relevo de Manuel Borja-Villel como director del Museo Reina Sofía. Mientras se cumple el plazo que su contrato fijaba como máxima prórroga, se elevan voces haciendo ... balance. Sin duda, ha marcado una época. Su proyecto vino a sacar al Reina Sofía de la grave crisis a la que le había llevado su predecesora, Ana Martínez de Aguilar, con muchos aspectos positivos.
Pero no es menos cierto que en la última mitad de su mandato es el responsable de una deriva ideológica monolítica con sus luces y sombras. La polémica reordenación de la colección permanente del museo surge de un esfuerzo narrativo apreciable (en estas páginas fue elogiado sin ambages) que ha despertado denuncias por su sesgo, el mismo de una programación que alimenta el activismo y arrincona otros modos de entender el arte.
Hay quien alerta contra quien discrepe de la naturaleza política (izquierdista) del arte en un Museo Nacional o defienda la autonomía del arte de la militancia. La crítica es legítima y autónoma. Tanto como el elogio. ¿Será el discurso del Borja-Villel algún día crítico también con aspectos sectarios de la militancia? ¿Con el legado de movimientos elevados a categoría de museo? ¿Con los límites del poder en el arte?
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