Anticasitodo
Alta literatura, pañales en la oscuridad
Cada verano leo una obra maestra y no mejoro como persona. Pero para ello hay opciones más eficaces, claro. Nos falta Calle
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Iniciar sesiónCada verano leo un libro gordo, importante, clásicos de la literatura que hasta la fecha no me han hecho mejor persona. Una lástima. Tampoco peor. Una lástima esto también, no me vendría mal dominar levemente más el mundo. Recuerdo en la playa de Cambrils con ... 'La broma infinita', con el mamotreto sorteando a ningún borracho inglés, se estaba bien, arena por las hojas si acaso.
Me gustó su superdotada habilidad penetrativa, D. F. Wallace debía mover objetos con la mente y luego leí que en su pandilla de raros de la universidad tenía un amigo de 12 años, un prodigio. Pero dónde está aquel y en cuantos corazones y cuerpos tatuados está el otro… ¿Pero por qué deslucir a aquel zagal milagroso, no obstante? Quizá sí sea peor persona.
Sigamos. Aplaudí la musicalidad, el ingenio y el desoco del 'Ulises' y disfruté con las pugnas de Settembrini y Naphta en 'La montaña mágica', avatares de dos filosofías de las que picotear y confrontar, 'fantasistas' del 'dribling' intelectual. Eso sí eran tertulias y no las de 'La clave', diría alguien en 1976 como ahora decimos del debate de 'La isla de las tentaciones'. También he leído 'El Quijote', '2666', los 'Cantos' de Ezra Pound, 'La rebelión de Atlas' de Amadeo Llados, 'El hombre sin atributos'...
Y ahora tengo en mis manos 'Concentración y meditación para dummies', de Ramiro Calle. Bajo esta marca, 'para dummies', o sea para todos los públicos y para aprender de manera fácil y amena, no pensamos encontrar nada grandioso. Pero quizá no lo haya más que esta iniciación a una técnica de mejora humana en busca del equilibrio y la perspicacia.
Calle acaba de lograr con sus protestas que vallen el lago del Palacio de Cristal en el Retiro para que los patos no sean masacrados por los perros sin correa, no está despegado del mundo, como se quiera pensar de un yogui.
Al contrario. Dirigió su escuela de yoga durante medio siglo con cientos de miles de alumnos con la vocación de ayudarles a vivir en paz, con los beneficios colaterales multiplicados en su relación para la inmensa cantidad de cercanos a esta mismamente inmensa cantidad de gente, y ha escrito más de 250 libros, un legado espiritual incalculable.
Para 'dummies' y no. ¿Y si en el colegio se iniciara en la concentración y el sosiego como aboga? Yo probaría, qué puede salir peor. Y sin agraviar a la alta literatura, cuyo arte viene y va muchas veces, como aquel niño de 12 años magnífico, estas enseñanzas pueden ser trascendentales y benéficas para el devenir como individuos y, por tanto, como sociedad. ¡Settembrini y Naphta creo que estarían aquí de acuerdo por una vez!
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