Suscríbete a
ABC Cultural

La talaverana

El Picnic cumple años

Es un templo kitsch donde cada Navidad se deja algún adorno para agrandar el barroquismo y la fiesta de sus paredes

Otros artículos del autor

Interior del bar el Picnic en Madrid
Diego S. Garrocho

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Siempre me dieron pereza los columnistas que ensalzan los bares. Pero, para ser justos, debemos conceder que hay locales que adquieren casi un interés civil. Son dotación urbana y funcionan a la manera en la que lo hacen las instituciones principales, como las librerías o ... las catedrales. El Studio 54 de Mannhattan, el Tortoni en Buenos Aires o el Café de Flore de París forman parte del paisaje cultural de sus ciudades gracias a la historia y al rumor que dice que hubo un tiempo en el que todo ocurría allí. Madrid no es una excepción y cada época ha tenido su idilio con algún café. El Gijón, el Varela o Balmoral son o fueron testigos de anécdotas que acabaron convirtiéndose en un canon que luego muchos imitaron hasta sumirse en una mimética melancolía.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia