'Desaparecidos', de Tim Gautreaux: ¿por qué existe la crueldad?

Para ser una novela tan fabulosamente llena de desdichas y de personajes con mala suerte, lo que podríamos llamar una novela de la Ley de Murphy, su lectura no deja en absoluto un poso amargo ni pesimista, sino todo lo contrario.

NOVELA

'Desaparecidos'

• Autor Tim Gautreaux
• Editorial La Huerta Grande
• Año 2024
• Páginas 579
• Precio 25 euros

Hay una sensación de amor a la vida y de belleza luminosa que lo envuelve todo, hasta las peores desdichas, hasta los rincones más desolados. Tiene algo de 'El corazón de las tinieblas', y el viaje del Ambassador río Misisipi arriba nos recuerda más de una vez al del vapor en el que Marlow viaja río Congo arriba para encontrarse con Kurtz.

Pero junto a los horrores y la enigmática violencia que surge una y otra vez a lo largo del libro hay también muchas otras cosas: amor, amistad, fidelidad, nobleza, un básico deseo humano de ayudar al prójimo, la felicidad de hacer música, la posibilidad de la redención, de la felicidad y del perdón. Tim Gautreaux no es, por suerte, Cormac McCarthy. 

El centro de la historia es la búsqueda de una niña desaparecida. Pero el título 'Desaparecidos' no solo hace referencia a la pequeña Lil, raptada en unos grandes almacenes en los que Sam Simoneux es el supervisor, sino también a los miembros de la familia de Sam, que fueron todos misteriosamente asesinados cuando él era solo un bebé. Sam, que estuvo a punto de matar a una niña en los campos de batalla de Francia por pura imprudencia, decide dedicar su vida a encontrar a la niña raptada, convencido de que si logra devolvérsela a sus padres habrá, de algún modo, redimido sus faltas y errores y también habrá dotado de algo de sentido y de justicia al mundo loco que le ha tocado vivir.

Pero su investigación para encontrar a la niña raptada, que le conducirá más tarde hacia sí mismo y hacia la matanza que acabó con su familia, va mucho más allá de la trama del 'thriller' y de la mera emoción de la aventura. Sam desea verdaderamente comprender por qué existen familias degeneradas, podridas y enfermas como los Shakleton, como los terroríficos Cloat, por qué hacen las cosas qué hacen, cómo es posible que los seres humanos desciendan tan bajo.

Ya conocemos la fabulosa capacidad de Gautreaux para transmitir la fuerza del paisaje y del clima del sur de los Estados Unidos, la plasticidad de su prosa, su amor por las máquinas, las reparaciones y la limpieza, la riqueza desbordante de sus personajes.

Esta novela no es tan perfecta como 'El paso siguiente en el baile'', su deslumbrante debut, pero es mucho mejor que 'Luisiana, 1923' y desde luego mucho más madura y honda que las anteriores. Una lectura envolvente y apasionante que conduce a un final de terrorífica intensidad, tanta que casi da miedo dar la vuelta a la página siguiente. Una gran historia y una gran novela.