LIBROS

Antonio Colinas, restituir lo perdido

POESÍA

Sus 'Tres tratados de armonía', que ahora se reúnen en un volumen, son, a la vez, una indagación biográfica y espiritual

Antonio Colinas

02/11/2022
Actualizado 04/11/2022 a las 16:06h.

La obra de Antonio Colinas (La Bañeza, León, 30 de enero de 1946) es una de las aventuras poéticas más importantes de nuestro tiempo. Colinas ha sido el poeta de la realidad trascendida, aquel para el cual contemplar es una forma de meditar, es ... decir, de que el mundo, el sentimiento y el pensamiento formen parte de un mismo impulso. Sus ‘ Tres tratados de armonía’, que ahora se reúnen en un solo volumen, son, a la vez, una indagación biográfica y una indagación espiritual, el día a día de una lucha por restituir su yo más allá de la melancolía moderna, esa que ve el mundo como una sucesión de fragmentos inconexos y al hombre como un alma vacía.

Stefan Zweig dijo de Hölderlin que era el ruiseñor que cantaba en las tinieblas, de la misma manera Colinas desafía las oscuridades de nuestro tiempo tratando de buscar un refugio más allá de la tragedia, una poesía, un canto que nos guíe más allá de la orfandad.

Autor Antonio Colinas
Editorial Siruela
Año 2022
Páginas 425
Precio 19 euros

En él, como en ningún otro, el hombre abatido, el hombre escindido proclaman que aún hay un momento para la restitución; en él, como en ningún otro entre nosotros, el hombre moderno deja la patología del dolor, del nihilismo para salir al encuentro de un mundo todavía no arrasado.

Es emocionante la lucha diaria de Antonio Colinas en estos ‘Tratados’ por cambiar los paradigmas: él ve el desasosiego, pero afirma que aún es posible salir de nuestras pérdidas, ve este tiempo convulso, pero señala que aún lo sagrado sigue estando ahí, en la contemplación de una noche, en medio del bosque, en el canto de los pájaros…

Un templo

Colinas quita el polvo a esos antiguos mensajes que la modernidad, una forma de la modernidad, despreció. Para él el mundo es un templo si se sabe caminar hacia él, y un paisaje de Ibiza o el sobrio espectáculo de la tierra de Castilla son espacios para volver a dialogar con el mundo, para acompasar los latidos del corazón del hombre al latido del corazón de las cosas. El combate de Colinas contra el desencuentro moderno es la aspiración a una armonía, no solo a una armonía del yo con la vida, sino también del yo con la historia y del yo con las diferentes formas de cultura. El símbolo máximo para un poeta como él es el de la palabra respirada, el hacer de la palabra poética un lugar de encuentro más allá de las devastaciones.

Los aforismos, los apuntes, las reflexiones, la prosa con aliento de poema, todo ello se da cita aquí como forma de sanar las heridas, como moral frente a los abismos cotidianos, como forma de hacer del día, de la vida de un día eso que hace un hombre que parte leña o que quita las hierbas del huerto, la experiencia humilde y profunda de la plenitud.