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ABC Cultural

Andrés Ibáñez - Comunicados de la tortuga celeste

Todos somos mendigos

Seguramente Bob Dylan no sea un gran poeta. Pero el Premio Nobel que le han concedido –por extraño y arbitrario que sea– sirve sin embargo para hablar de la necesidad de un arte que nos toque el corazón

Bob Dylan, en la terraza de un café en los años 60
Andrés Ibáñez

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El gran director de orquesta Carlos Kleiber solía decirlo a menudo: «Todos somos mendigos». Uno puede preguntarse qué quería decir con eso cuando dirigía a las mejores orquestas del mundo y a los mejores cantantes del mundo en los mejores teatros de ópera del ... mundo, pero ¿acaso no es evidente? Porque a pesar del aparente esplendor y de nuestros logros y de nuestro deseo ansioso de mostrarnos triunfantes ante nuestros amigos aun en las cosas más nimias, todos somos en el fondo mendigos, y los grandes y poderosos de la tierra lo son también . Recuerdo ese viejo texto chino en el que un miserable que vive en una cabaña dice que el emperador y él tienen lo mismo: cuando se duermen, ¿acaso no tienen los dos un techo sobre su cabeza? Y cuando llueve, ¿no ven caer la lluvia por la ventana? Y cuando tienen sed, ¿no beben agua los dos? Sí, cuando nos metemos en la cama y cerramos los ojos, ¿acaso no somos todos iguales? Cuando envejecemos sentimos dolor y cuando miramos a nuestros hijos sentimos un amor tan agudo que nos hace llorar, y en eso, en el amor y en el dolor y en las lágrimas, todos somos iguales y todos somos en realidad mendigos como Carlos Kleiber dirigiendo a la Filarmónica de Viena o como el viejo del apólogo chino que se sentía tan afortunado como el emperador.

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