ARTE
Lo sublime y lo siniestro en el Mediterráneo
El Mar Mediterráneo dejó de ser paisaje idílico para transformarse en frontera desgarradora, un hecho que tampoco ha pasado inadvertido para los artistas. Así lo atestigua una exposición del IVAM, en Valencia
Imagen del vídeo «Centro de Permanencia Temporal» (2007), de Adrian Paci
« Entre el mito y el espanto. El Mediterráneo como conflicto » crea un espacio visual para la reflexión sobre las cambiantes relaciones entre Europa y los países árabes del arco mediterráneo . Según su comisario, José Miguel G. Cortés , su propósito ... es el de «entender cómo se ha producido este profundo cambio a través de diferentes obras de artistas de los diversos lados del Mediterráneo».
Desde que entramos, lo primero que llama la atención es una cita de Rainer Maria Rilke : «Lo bello no es sino el comienzo de lo terrible». Eugenio Trías hubiera elevado el tono hablando de «lo sublime y lo siniestro». Cuando recorremos la muestra nos damos cuenta de que la idealización del Mediterráneo como lugar sensual, hermoso, se ha convertido en los últimos tiempos en una fosa común donde miles de inmigrantes y refugiados perecen ahogados antes de llegar a Europa.
En la primera sala nos encontramos con las fotos de Wilhelm von Gloeden . En ellas aparecen jóvenes disfrazados de hermosos pastores, faunos o héroes griegos. Siguiendo esa tendencia a la idealización del cuerpo y del espacio mediterráneo , están las obras del fotógrafo alemán Herbert List . En la misma línea, las de Nicolás Muller , pero ampliando su objetivo al lado árabe del Mediterráneo, específicamente a Marruecos. Su mirada se orienta hacia la vida cotidiana bajo una luz cegadora que contrasta con las oscuras luces del norte de Europa.
Lejos del lugar común
La pintura también está presente en artistas como José Benlliure , Muñoz Degrain , Ignacio Pinazo , Joaquín Sorolla , José Miguel de Miguel y Picasso , entre otros. Pero junto a todas estas obras, nos encontramos con dos vídeos de Rogelio López Cuenca , del proyecto « El Paraíso de los extraños », sobre el cual escribe el artista: «La idea de Occidente es inconcebible si no en su relación excluyente, su situación exterior, con respecto a Oriente».
Pasada la primera zona de la muestra, entramos en una segunda parte: la del espanto . Es un gran acierto haber incluido una buena cantidad de artistas del lado árabe. Esta sección, en la que podríamos esperar un cierto «tremendismo», las obras se alejan de los lugares comunes y se centran en lo cotidiano . Así, al final del recorrido, la suiza Ursula Biemann muestra tres vídeos que tratan el tema de la frontera hispano-marroquí. Otros artistas más conceptuales, como Xavier Arenós , hablan del espacio Schengen y de esos muros externos de Europa que se construyen para defendernos de las «invasiones bárbaras» .
Sergio Belinchón, desde una orilla, y Akram Zaatari, desde la otra, son de lo mejor de la cita
La cartografía del terror y de la desconfianza ante la llegada de los inmigrantes desde el Norte de África nos la muestran artistas como Zineddine Bessai (Argelia) y Bouchra Khalili (Marruecos). A partir de esta poética de lo sutil, Yto Barrada (Marruecos) declara: «Deseo mostrar cómo se inscribe esta obstinación de partir que marca a un pueblo en la búsqueda del “paraíso” europeo». Ese sentimiento mezcla de melancolía, de estar varado y sin salida , lo observamos también en Zineb Sedira (francesa de origen argelino). « The Lovers I » es una foto particularmente conmovedora por su valor metafórico, ya que muestra dos viejos barcos varados en la playa que se apoyan uno en el otro para no derrumbarse.
Adrian Paci (Albania), muestra en un vídeo una fila de inmigrantes que van subiendo por una de esas típicas escaleras que sirven para acceder a los aviones. Los espectadores asumen que van a entrar en un avión. No obstante, con pavor constatan que no lo hay, que lo que les espera al final de la escalera es el vacío . En la serie de fotos « Watchtowers », del palestino Taysir Batniji , se pueden ver imágenes de las torres de vigilancia que el ejército israelí ha construido en Cisjordania para controlar a la población palestina. Mohamed Bourouissa (Argelia) y Mathieu Pernot (Francia) nos muestran el «exilio interior» de muchos inmigrantes que nunca llegan a integrarse plenamente en la sociedad europea .
Avalanchas
Sergio Belinchón (España), en su vídeo « Avalancha », una de las mejores piezas de esta exposición, hace una parodia del asalto a una valla fronteriza de Europa , pero los inmigrantes no son africanos, sino europeos, arios. Inmediatamente nos vienen a la mente imágenes familiares, como las avalanchas en Ceuta y Melilla, pero también las más recientes de refugiados sirios y de otros países tratando de forzar las vallas fronterizas entre Grecia y Macedonia.
De Montserrat Soto (España), se muestran dos imponentes fotografías de su serie « Invernaderos ». Como es habitual en su obra, los seres humanos están ausentes y quizás por esa razón más presentes que si los hubiera incluido. Lo que vemos son dos invernaderos donde suelen trabajar inmigrantes africanos en condiciones casi de esclavitud . La belleza de esos espacios vacíos esconde un terrible mensaje: la deshumanización en el trato laboral de los «invisibles» para la sociedad .
Walid Raad (Líbano), recicla noticias de prensa, fotos, películas, archivos, recortes de periódico para reflexionar sobre asuntos sociales y políticos de su propio país. Aquí se presenta la obra « My Neck is Thinner than a Hair », cien fotografías de los restos de coches-bomba que explotaron en el Líbano entre 1975 y 1991.
En « Nature Morte », una de las obras más potentes de la exposición, de Akram Zaatari (Líbano), dos personajes están ocupados en labores muy diferentes: el mayor monta algún tipo de explosivo; el joven, que está detrás, enhebra una aguja y empieza a coser. Las miradas cómplices de estos dos hombres, ternura y terror, resumen bien toda la exposición.
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