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Peter Burke y ‘El polímata’, los atletas del conocimiento
El historiador británico rescata vida y obra de quinientas personalidades de la Historia que se enmarcan dentro del concepto de ‘polímata’
El historiador y crítico británico Peter Burke (1937)
A lo largo de los siglos y casi hasta el siglo XX, los polímatas eran aquellas personas que tenían varios o muchos conocimientos sobre distintas materias. Se les podría considerar como polifacéticos de las humanidades y las ciencias a la vez. Hoy en ... día es una «raza» prácticamente extinguida. El saber y el conocimiento se ha especializado de tal manera que el pasar de unas materias a otras tan dispares se hace casi imposible. El conocimiento general prácticamente ha desaparecido. En ‘Un athlète du savoir’, Christian Jacob definía a estos sabios como interesados por muchas materias y estudiosos de las mismas. Era la extensión del saber meramente académico.
Herman Boerhaave , que vivió entre los siglos XVII y XVIII y que hizo grandes aportaciones a la medicina, fisiología, química y botánica, se denominó a si mismo, y por extensión a los demás polímatas, como «monstruo de la erudición». Eran ciertamente eruditos con intereses enciclopédicos.
‘El polímata’. Peter Burke. Alianza, 2022. 383 páginas. 28,95 euros
Ascetismo de autocontrol
Personas que habían llegado a dominar varias disciplinas, a través de la instrucción y el ejercicio (la ‘askesis’ griega) o el aprendizaje (el ‘discere’ latino). Las primeras disciplinas fueron el atletismo, la religión, la guerra, la filosofía. Se seguía la norma de un maestro, y los discípulos practicaban un ascetismo del autocontrol, tanto de la mente como del cuerpo . En el siglo V, Martianus Capella habla de siete disciplinas, de siete humanidades: gramática, lógica, retórica, aritmética, geometría, música, astronomía, organización, institucionalización y especialización. También otros autores incluían la magia, la biología y la antropología.
En el siglo V, Martianus Capella habla de siete disciplinas, de siete humanidades
Los criterios para calificar a los polímatas se han ido modificando a lo largo de los siglos. Las disciplinas se han fragmentado, diluyendo y las exigencias han disminuido sustancialmente . Hoy se considera polímatas a personas que han realizado contribuciones a dos disciplinas como el derecho y la economía, por otra parte materias bastante semejantes y complementarias. Con el tiempo los polímatas se han ido especializando, a pesar de que la base de su conocimiento sigue siendo generalista. El saber de muchas disciplinas es su especialidad. Pero hoy apenas sobreviven unos cuantos. Vivimos en un tiempo de la superespecialización, del trabajo colectivo más que el puramente individual. Los polímatas mohicanos buscan refugio en la universidad, las fundaciones o las empresas privadas. Pero la universidad es, incluso, un lugar peligroso, pues los polímatas pertenecen a esa élite meritocrática a la que hoy se persigue.
Activos y pasivos
¿Por qué eran polímatas? San Agustín decía que por «el saber por el saber»; mientras que Harold Lasswell hablaba de la pasión por la «omnisciencia». Edmund Burke diferenciaba entre los polímatas activos y los pasivos. Estos últimos lo sabían todo pero no producían nada. También se refería a los polímatas limitados y a los polímatas en serie. A los primeros, los contraponía con los generales, es decir, dominaban pocas materias interrelacionadas. Los en serie iban pasando de un campo a otro a lo largo de su vida intelectual. Y entre los pasivos y los activos están los sintetizadores o sistematizadores, por ejemplo, Bacon o Comte. También hay polímatas centrífugos, los que acumulan conocimientos sin preocuparse por sus interrelaciones. Y polímatas centrípetos que tienen una visión de la unidad del saber e intentan encajar entre sí sus diferentes partes en un sistema global. Lo que se denomina como «belleza del orden». Isaiah Berlin, en su texto sobre Tólstoi, habla de polímatas «zorros» y «erizos». Los primeros sabían muchas cosas; mientras que los segundos se limitaban a conocer solo una, pero muy importante. El novelista ruso aunaba ambas categorías.
Omisiones
Nuestro mundo contemporáneo , el de la era digital, el de la extrema especialización, el del utilitarismo, el de internet y la inteligencia artificial y los algoritmos, el de la explosión informativa, prácticamente ha acabado con los polímatas . Peter Burke, en esta especie de enciclopedia interesantísima y de una gran utilidad, rescata la vida y obra de unas quinientas personalidades, desde la antigüedad hasta nuestros días. Autores como Descartes, Pascal, Newton, Goethe, Nabokov , Borges o Eco. España no sale del todo mal parada. Burke se detiene en el estudio de: Vives, Arias Montano, Francisco Suárez, Eusebio Nieremberg, Caramuel y Lobkowitz, Nicolás Antonio, Feijoó, Jovellanos, Manuel Sales y Ferré, Rafael Salillas, Menéndez Pelayo, D´Ors, Ortega , Marañón, Laín Entralgo o Julio Caro Baroja. Yo echo de menos a Echegaray o Unamuno .
Entre los hispanoamericanos están los nombres de los mexicanos: Carlos Siguenza y Góngora, Sor Juana Inés de la Cruz, J. A. de Alzate o Alfonso Reyes. Es llamativa la ausencia de Octavio Paz . Entre los peruanos: Pedro de Peralta. Entre los argentinos: Sarmiento, Victoria Ocampo o Borges. Y completan esta lista el venezolano Andrés Bello y el cubano Fernando Ortiz.